10/02/2020, 22:31
(Última modificación: 19/02/2020, 02:26 por Inuzuka Etsu. Editado 1 vez en total.)
Para sorpresa del rastas, el tuerto no había visto el guiño que le había hecho, o simplemente no lo había entendido. Apenas el Inuzuka dejo caer la amenaza, Rao salió corriendo a intentar impedírselo. El hombre sentenció la manera de actuar de los Cuatro como rastrera y astuta, por no decir inmoral. No iban a por la persona en sí, si no que buscaban dañarlo donde más dolía. Es por eso que por ejemplo el anciano no quería inmiscuirse, porque su pequeño sol podía verse mal parado.
El matasanos escupió que debía haber pensado en las consecuencias antes de haber traído a su propio matón. Trató al Inuzuka como si de un mero matón del tres al cuarto se tratase. Ésto cabreó en parte al rastas, pero visto desde su punto de vista, era normal que pensase de esa manera.
No tardó en aparecer una pequeña al otro extremo del habitáculo, ataviada con un desgastado camisón. Ésta se acercó al viejo, y le comentó que había mucho ruido. El senil se soltó de la mesa, y corrió a tomarla en brazos a lo que se quejaba de que estuviese despierta. La verdad, lo extraño era que no hubiese salido antes, pues el jaleo que habían montado así lo merecía...
—Anciano, mantén la boca cerrada sobre todo ésto. Nadie quiere que tu nieta salga mal parada. Mi familia va a volver a ponerse a la cabeza de ésta aldea, tarde o temprano. Pero si es tarde, ten por seguro que "los Tres" van a querer tomar represalias de alguien que no quiso ayudar a un compañero herido. Y ya sabes por donde te intentarán atacar...
»Olvida que nos hemos conocido, por el bien de todos.
El Inuzuka salió por la puerta, con pie de plomo —Rao tío, intentaba soltar un farol... no sabía ya que otra cosa hacer, teníamos que convencerlo. En fin, ya buscaremos otra manera... —comentó al tuerto a voz baja.
Ahora, disponían a salir e irse, rumbo al escondite de Koke. Antes de ello, pasarían a recoger a Akane.
El matasanos escupió que debía haber pensado en las consecuencias antes de haber traído a su propio matón. Trató al Inuzuka como si de un mero matón del tres al cuarto se tratase. Ésto cabreó en parte al rastas, pero visto desde su punto de vista, era normal que pensase de esa manera.
No tardó en aparecer una pequeña al otro extremo del habitáculo, ataviada con un desgastado camisón. Ésta se acercó al viejo, y le comentó que había mucho ruido. El senil se soltó de la mesa, y corrió a tomarla en brazos a lo que se quejaba de que estuviese despierta. La verdad, lo extraño era que no hubiese salido antes, pues el jaleo que habían montado así lo merecía...
—Anciano, mantén la boca cerrada sobre todo ésto. Nadie quiere que tu nieta salga mal parada. Mi familia va a volver a ponerse a la cabeza de ésta aldea, tarde o temprano. Pero si es tarde, ten por seguro que "los Tres" van a querer tomar represalias de alguien que no quiso ayudar a un compañero herido. Y ya sabes por donde te intentarán atacar...
»Olvida que nos hemos conocido, por el bien de todos.
El Inuzuka salió por la puerta, con pie de plomo —Rao tío, intentaba soltar un farol... no sabía ya que otra cosa hacer, teníamos que convencerlo. En fin, ya buscaremos otra manera... —comentó al tuerto a voz baja.
Ahora, disponían a salir e irse, rumbo al escondite de Koke. Antes de ello, pasarían a recoger a Akane.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~