10/02/2020, 23:34
—T... ¡¿Tú?!
¡Claro que me sonaba su nombre! Mas allá de ser la muchacha que perdió el control y casi se carga la mitad de uzushiogakure y a sus gentes, era la muchacha que...
Me llevé la mano a la cara. Había sido un idiota mucho antes de todo lo del país del hierro, y ahora todo eso volvía. ¿Por que la vida era tan jodida a veces?
—¿Tu? ¿La conocías?
Si que la conocía, si, pero seguro que no era por las muchas cosas que posiblemente le estaban pasando a Yuuna por la cabeza.
—Pues sí... Pero no sabia que era la misma persona. Yo llegué tarde cuando paso lo del estadio.
Para cuándo yo había llegado, ella ya no estaba en el estadio. Lo único que sabia era que había perdido el control, y que de no ser por Datsue, la mitad de uzushiogakure estaría destruida y arrasada. Por ni hablar de las posibles muertes.
Pero no había ido allí a hurgar en la herida, ni a buscar confrontación. Al revés. Había ido en buscado de un aliado, y si tenia que ser el único culpable...
—Mira... —Dije mirando a Ayame. — Siento lo de la otra vez ¿Vale? Me comporté como un idiota, y yo mismo fui mas tarde a entregarle mi Bandana a Hanabi, viví cómo un civil después de aquello.
Bueno. Había muchas más razones por las que, cuando fui a entregar la bandana no me sentía un auténtico ninja, pero aunque no lo había admitido ante Hanabi, aquel encuentro con Ayame había influido, aunque muy poco, en mi decisión.
—¿Pero qué hiciste?
Me había prometido a mi mismo ser completamente sincero con Yuuna. Nada de mentiras.
—Había un hombre engañando a la gente para ganar dinero. En ese momento no creí que fuera un crimen intentar ganarse la vida de esa manera, e incluso llegué a compararlo con lo que hacían los ninjas.
»Ayame destapo el pastel utilizando unas agujas, y en vez de ponerme de su parte la acusé de utilizar armas contra un civil.
Aquello era un resumen rápido de lo que había pasado aquél día. Ni recordaba si había dicho alguna tontería mas, así que ni me corté a la hora de preguntarle a Ayame.
—¿Me he dejado algo?
¡Claro que me sonaba su nombre! Mas allá de ser la muchacha que perdió el control y casi se carga la mitad de uzushiogakure y a sus gentes, era la muchacha que...
Me llevé la mano a la cara. Había sido un idiota mucho antes de todo lo del país del hierro, y ahora todo eso volvía. ¿Por que la vida era tan jodida a veces?
—¿Tu? ¿La conocías?
Si que la conocía, si, pero seguro que no era por las muchas cosas que posiblemente le estaban pasando a Yuuna por la cabeza.
—Pues sí... Pero no sabia que era la misma persona. Yo llegué tarde cuando paso lo del estadio.
Para cuándo yo había llegado, ella ya no estaba en el estadio. Lo único que sabia era que había perdido el control, y que de no ser por Datsue, la mitad de uzushiogakure estaría destruida y arrasada. Por ni hablar de las posibles muertes.
Pero no había ido allí a hurgar en la herida, ni a buscar confrontación. Al revés. Había ido en buscado de un aliado, y si tenia que ser el único culpable...
—Mira... —Dije mirando a Ayame. — Siento lo de la otra vez ¿Vale? Me comporté como un idiota, y yo mismo fui mas tarde a entregarle mi Bandana a Hanabi, viví cómo un civil después de aquello.
Bueno. Había muchas más razones por las que, cuando fui a entregar la bandana no me sentía un auténtico ninja, pero aunque no lo había admitido ante Hanabi, aquel encuentro con Ayame había influido, aunque muy poco, en mi decisión.
—¿Pero qué hiciste?
Me había prometido a mi mismo ser completamente sincero con Yuuna. Nada de mentiras.
—Había un hombre engañando a la gente para ganar dinero. En ese momento no creí que fuera un crimen intentar ganarse la vida de esa manera, e incluso llegué a compararlo con lo que hacían los ninjas.
»Ayame destapo el pastel utilizando unas agujas, y en vez de ponerme de su parte la acusé de utilizar armas contra un civil.
Aquello era un resumen rápido de lo que había pasado aquél día. Ni recordaba si había dicho alguna tontería mas, así que ni me corté a la hora de preguntarle a Ayame.
—¿Me he dejado algo?