11/02/2020, 00:21
Y en su estado de duermevela, lo escuchó. Pero su voz le llegaba lejana y distorsionada, como si la estuviese escuchando estando debajo del agua.
—Aya.., ...me. ¿Có.. ..is? ¿Con......teis...? Eh... Kōri-...sei. ¿¡Qué ..... ... .. eso!?
¡¡GRAAAAAAAAAAAAAAAOOOOOOOOOOOOOOORRRRRRRRRRRRRRR!!
El rugido sí que le llegó alto y claro. La estremeció de arriba a abajo, se aferró a sus entrañas como una garra helada y le puso los pelos de punta. Quiso responder. Preguntar qué estaba pasando. Pero aún sentía el cuerpo tan entumecido y se sentía tan débil que sólo fue capaz de verbalizar un gruñido sin sentido. Sintió que alguien le arrancaba el comunicador del oído. Ayame luchó por recuperar su estado corpóreo.
—¡Daruu! ¡Daruu! ¿¡Qué está pasando!? —preguntaba Yokuna.
A Ayame se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Daruu... Kōri... T... Ten...go... que... ir... ¡Ah! —farfullaba, intentando reincorporarse. Pero su cuerpo no estaba de acuerdo con su corazón y la kunoichi, temblorosa y dolorida, apenas podía moverse. Se echó a llorar, sin poder evitarlo, a sabiendas de que su estado era sólo culpa suya.
Si Daruu y Kōri morían porque no había podido ir a ayudarlos...
—Aya.., ...me. ¿Có.. ..is? ¿Con......teis...? Eh... Kōri-...sei. ¿¡Qué ..... ... .. eso!?
¡¡GRAAAAAAAAAAAAAAAOOOOOOOOOOOOOOORRRRRRRRRRRRRRR!!
El rugido sí que le llegó alto y claro. La estremeció de arriba a abajo, se aferró a sus entrañas como una garra helada y le puso los pelos de punta. Quiso responder. Preguntar qué estaba pasando. Pero aún sentía el cuerpo tan entumecido y se sentía tan débil que sólo fue capaz de verbalizar un gruñido sin sentido. Sintió que alguien le arrancaba el comunicador del oído. Ayame luchó por recuperar su estado corpóreo.
—¡Daruu! ¡Daruu! ¿¡Qué está pasando!? —preguntaba Yokuna.
A Ayame se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Daruu... Kōri... T... Ten...go... que... ir... ¡Ah! —farfullaba, intentando reincorporarse. Pero su cuerpo no estaba de acuerdo con su corazón y la kunoichi, temblorosa y dolorida, apenas podía moverse. Se echó a llorar, sin poder evitarlo, a sabiendas de que su estado era sólo culpa suya.
Si Daruu y Kōri morían porque no había podido ir a ayudarlos...