11/02/2020, 00:44
¿Él, deshaciéndose de una debilidad? ¿acaso era una idiosincrasia que le serviría de algo?... Miró a Ryū y se mantuvo en silencio. No dijo que sí, tampoco dijo que no. No era ni siquiera un veremos. Su mente estaba perdida, buscando aquellas cosas, materiales o no, que le gustasen demasiado. Realmente no eran muchas o eso es lo que quería creer, pero había una de ellas...
Se cerró el haori y lo ocultó, dejando que las nuevas maquinaciones del Dragón le abrazaran. Como siempre, no entendía gran parte de su verborrea, pero la vida en Dragón Rojo le había enseñado que, en algún punto de la travesía Ryū te hacía comprender las cosas que decía. Tal y cómo las decía.
Como si hubiesen salido de tu boca en primer lugar.
—¿Adónde vamos?
Se cerró el haori y lo ocultó, dejando que las nuevas maquinaciones del Dragón le abrazaran. Como siempre, no entendía gran parte de su verborrea, pero la vida en Dragón Rojo le había enseñado que, en algún punto de la travesía Ryū te hacía comprender las cosas que decía. Tal y cómo las decía.
Como si hubiesen salido de tu boca en primer lugar.
—¿Adónde vamos?