11/02/2020, 00:49
—Déjame pensar... ¿Qué te parecería de roble?
—Mmm me parece buen material la verdad.
Quizás bastante rígido, pero desde luego era resistente. También es verdad que las naginatas con el mango de acero eran muchísimo mas resistentes. Y también, si ibas a usarlos para golpear, mas dañino.
Por contraparte, eran mas pesadas y difíciles de manejar.
—[subir=crimson]¿Y si vamos a probar las que ya tienes y vemos desde ahí? Quizá con una naginata en la mano sería más sencillo y más gráfico[/sub]
—Pues sí, mucho mejor. Sígueme.
La parte de atrás de la forja era la parte que daba a la casa. Desde la salida se podían ver los otros tres edificios que componían el terreno de los Sasaki.
Un extenso jardín bien cuidado, dividido por una camino de piedra, era lo que separaba la forja del resto de edificios.
—¿Es la primera vez que vienes verdad? En fin, el edificio mas grande es mi casa.
Dije señalando un edificio de dos plantas, con las paredes blancas y el tejado rojo. ¿Cuantas habitaciones había en cada planta? ¿Díez? De pequeño me había perdido alguna vez.
—El otro mas pequeño es una casa para invitados, y por último esta el dojo, que es donde suelo entrenar, por eso hay de todo.
La casa de invitados, aunque también de dos pisos, era bastante mas pequeña que la casa principal. Tenia quizás solamente un par de habitaciones en cada planta. En cuanto a tamaño, el Dojo era mucho mas largo, aunque ahí solamente había un piso.
En cierto punto entre la forja y el resto de edificios, el camino se dividía en dos, uno llevaba directamente a la casa principal y a la de invitados, el otro cruzaba un pequeño puente situado sobre un estanque lleno de peces de colorines, y por ese camino se iba directamente al Dojo.
Desde allí no se veía la puerta principal, pues estaba al otro lado de la casa grande.
—A mi padre le encantan estos peces... Dice que cuando se retire se dedicara a darles de comer, pero ahora mismo hace todo el trabajo el jardinero.
—Mmm me parece buen material la verdad.
Quizás bastante rígido, pero desde luego era resistente. También es verdad que las naginatas con el mango de acero eran muchísimo mas resistentes. Y también, si ibas a usarlos para golpear, mas dañino.
Por contraparte, eran mas pesadas y difíciles de manejar.
—[subir=crimson]¿Y si vamos a probar las que ya tienes y vemos desde ahí? Quizá con una naginata en la mano sería más sencillo y más gráfico[/sub]
—Pues sí, mucho mejor. Sígueme.
La parte de atrás de la forja era la parte que daba a la casa. Desde la salida se podían ver los otros tres edificios que componían el terreno de los Sasaki.
Un extenso jardín bien cuidado, dividido por una camino de piedra, era lo que separaba la forja del resto de edificios.
—¿Es la primera vez que vienes verdad? En fin, el edificio mas grande es mi casa.
Dije señalando un edificio de dos plantas, con las paredes blancas y el tejado rojo. ¿Cuantas habitaciones había en cada planta? ¿Díez? De pequeño me había perdido alguna vez.
—El otro mas pequeño es una casa para invitados, y por último esta el dojo, que es donde suelo entrenar, por eso hay de todo.
La casa de invitados, aunque también de dos pisos, era bastante mas pequeña que la casa principal. Tenia quizás solamente un par de habitaciones en cada planta. En cuanto a tamaño, el Dojo era mucho mas largo, aunque ahí solamente había un piso.
En cierto punto entre la forja y el resto de edificios, el camino se dividía en dos, uno llevaba directamente a la casa principal y a la de invitados, el otro cruzaba un pequeño puente situado sobre un estanque lleno de peces de colorines, y por ese camino se iba directamente al Dojo.
Desde allí no se veía la puerta principal, pues estaba al otro lado de la casa grande.
—A mi padre le encantan estos peces... Dice que cuando se retire se dedicara a darles de comer, pero ahora mismo hace todo el trabajo el jardinero.