12/02/2020, 00:06
(Última modificación: 12/02/2020, 00:07 por Aotsuki Ayame.)
Lo primero que recibió al salir al exterior fue la lluvia en la cara y entonces vio el familiar paisaje que la rodeaba: Rascacielos de metal, tuberías y cañerías por doquier, asfalto, sistemas de alcantarillado para intentar filtrar la mayor parte del agua posible, luces de neón aquí y allá... No había vuelto con Daruu, pero al menos estaba en Amegakure. Era bueno saberlo. Ayame se detuvo en mitad de la calle y apoyó las manos en las rodillas con un sentido suspiro de alivio.
Aunque la calma no dudaría demasiado tiempo...
—¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAOOOOOOOOOOOOOOTSUUUUUUUUUUUUUUUUUUKKKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!
—¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKK!!
Aquel alarido pronunciando su apellido había helado la sangre de Ayame en sus venas. Su corazón se olvidó momentáneamente de latir y, aterrorizada por lo que iba a encontrarse, se dio la vuelta lentamente. Para su sorpresa, y profundo alivio, no se trataba de aquella mujer loca con la escoba en la mano, sino un chico cuyas pintas estrafalarias le resultaban muy familiares...
—Esto... ¿Tú eras...?
Aunque la calma no dudaría demasiado tiempo...
—¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAOOOOOOOOOOOOOOTSUUUUUUUUUUUUUUUUUUKKKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!
—¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKK!!
Aquel alarido pronunciando su apellido había helado la sangre de Ayame en sus venas. Su corazón se olvidó momentáneamente de latir y, aterrorizada por lo que iba a encontrarse, se dio la vuelta lentamente. Para su sorpresa, y profundo alivio, no se trataba de aquella mujer loca con la escoba en la mano, sino un chico cuyas pintas estrafalarias le resultaban muy familiares...
—Esto... ¿Tú eras...?