12/02/2020, 15:59
—No hace falta que seas discreta, conozco lo que pasó con Akame, pero no sabia que te habían encargado a ti cazarlo. No te preocupes, deber ser muy escurridizo, pero seguro que terminas por atraparlo.
Bueno, aquello no era del todo cierto. No había sido encomendada con esa tarea, pero ella había querido hacerlo, para poder... ¿Poder, qué? ¿Demostrar que ya no era su superior? ¿Que no recibiría órdenes que alguien que buscó —y logró— apresar a un inocente que solo quería salvar a su novia? Chasqueó la lengua, no le gustaba recordar aquello.
Fue el turno de Reiji para explicarle a ella sobre lo que había ocurrido por allí en su ausencia, y le sorprendió bastante su relato.
—A mi me mandaron acompañar a Katsudon en un viaje al país del Hierro, no como una misión. La verdad es que no lo hice muy bien, pero bueno al final no fue tan malo y también tengo que hacerme mas fuerte para volver allí.
«Reiji viajando al País del Hierro con Katsudon...»
—¿Y qué os llevó al País del Hierro? —preguntó, curiosa por aquel viaje que ella desconocía. Obviamente que lo desconocía, claro, pero quería saber qué había ocurrido para que ambos viajaran allí, y también por culpa de su curiosidad acechante.
No tardaron en llegar al Dojo, un edificio más ancho que los demás pero más pequeño, de una planta. Estaba vacío para ambos, algo que aprovecharían para probar las Naginatas de Reiji, así que no esperaron más y entraron. Eri quedó maravillada de todas las armas que allí se encontraban: desde bokkens hasta armas de filo que probablemente habían sido fabricadas allí.
—Pues ya estamos... Te voy a ir dejando de uno en uno diferentes tipos de Naginata y tendrás que hacer un par de movimientos ¿Has utilizado una alguna vez?
—Genial —contestó, sonriente—. He utilizado una alguna vez, pero tampoco fue la gran cosa, soy algo principiante con esto —admitió, algo avergonzada—. Espero que puedas ayudarme.
Y esperó a que el herrero diera una de las armas a la joven Uzumaki.
Bueno, aquello no era del todo cierto. No había sido encomendada con esa tarea, pero ella había querido hacerlo, para poder... ¿Poder, qué? ¿Demostrar que ya no era su superior? ¿Que no recibiría órdenes que alguien que buscó —y logró— apresar a un inocente que solo quería salvar a su novia? Chasqueó la lengua, no le gustaba recordar aquello.
Fue el turno de Reiji para explicarle a ella sobre lo que había ocurrido por allí en su ausencia, y le sorprendió bastante su relato.
—A mi me mandaron acompañar a Katsudon en un viaje al país del Hierro, no como una misión. La verdad es que no lo hice muy bien, pero bueno al final no fue tan malo y también tengo que hacerme mas fuerte para volver allí.
«Reiji viajando al País del Hierro con Katsudon...»
—¿Y qué os llevó al País del Hierro? —preguntó, curiosa por aquel viaje que ella desconocía. Obviamente que lo desconocía, claro, pero quería saber qué había ocurrido para que ambos viajaran allí, y también por culpa de su curiosidad acechante.
No tardaron en llegar al Dojo, un edificio más ancho que los demás pero más pequeño, de una planta. Estaba vacío para ambos, algo que aprovecharían para probar las Naginatas de Reiji, así que no esperaron más y entraron. Eri quedó maravillada de todas las armas que allí se encontraban: desde bokkens hasta armas de filo que probablemente habían sido fabricadas allí.
—Pues ya estamos... Te voy a ir dejando de uno en uno diferentes tipos de Naginata y tendrás que hacer un par de movimientos ¿Has utilizado una alguna vez?
—Genial —contestó, sonriente—. He utilizado una alguna vez, pero tampoco fue la gran cosa, soy algo principiante con esto —admitió, algo avergonzada—. Espero que puedas ayudarme.
Y esperó a que el herrero diera una de las armas a la joven Uzumaki.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)