13/02/2020, 16:23
Hotaru vio como una rubia joven corría hacia ella cual poseída por el mismo demonio y se sobresaltó cuando la tomó por la bata, susurrando palabras entre las bocanas de aire que cogía para recobrar el aliento.
— Uzumaki... Eri... Tengo que verla.
—Espera, cielo —dijo con voz calmada, entendiendo un poco de qué iba el asunto.
Hotaru reconoció a aquella genin como Hana, la nueva pupila de su hermana pequeña. Sabía de su condición por lo ocurrido en aquel hospital con su madre y el horrible destino que tuvo que correr la pobre chiquilla al perder a ambos padres el mismo día, arrebatándole la inocencia de golpe y porrazo.
La quitó con suavidad sus manos de la bata que vestía y pasó una de sus manos por detrás de sus hombros. Ryuusuke solo se cruzó de brazos, no muy interesado en meter más la pata.
—Acompáñame y vamos a verla, está en la sala de espera —dijo, conciliadora, mientras guiaba a la rubia.
No tardaron mucho en llegar cuando vieron a una pelirroja casi tumbada en dos asientos con la pierna en alto, los brazos cruzados y cara de aburrimiento. En cuanto vio a Hana hizo el amago de levantarse, pero cayó de bruces contra el suelo por el acelerón.
—¡Hana! —exclamó desde el suelo—. ¡Lo siento mucho! ¡Fue culpa de ese imbécil que tengo por hermano!
—Si eres una patosa yo no tengo nada que ver —se defendió él.
— Uzumaki... Eri... Tengo que verla.
—Espera, cielo —dijo con voz calmada, entendiendo un poco de qué iba el asunto.
Hotaru reconoció a aquella genin como Hana, la nueva pupila de su hermana pequeña. Sabía de su condición por lo ocurrido en aquel hospital con su madre y el horrible destino que tuvo que correr la pobre chiquilla al perder a ambos padres el mismo día, arrebatándole la inocencia de golpe y porrazo.
La quitó con suavidad sus manos de la bata que vestía y pasó una de sus manos por detrás de sus hombros. Ryuusuke solo se cruzó de brazos, no muy interesado en meter más la pata.
—Acompáñame y vamos a verla, está en la sala de espera —dijo, conciliadora, mientras guiaba a la rubia.
No tardaron mucho en llegar cuando vieron a una pelirroja casi tumbada en dos asientos con la pierna en alto, los brazos cruzados y cara de aburrimiento. En cuanto vio a Hana hizo el amago de levantarse, pero cayó de bruces contra el suelo por el acelerón.
—¡Hana! —exclamó desde el suelo—. ¡Lo siento mucho! ¡Fue culpa de ese imbécil que tengo por hermano!
—Si eres una patosa yo no tengo nada que ver —se defendió él.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)