13/02/2020, 16:27
—No se había movido del Jardín de los Cerezos, estaba buscando algo de comida. Y bueno... Al comienzo se nos complicó un poco pero lo solucionamos rápido y sin demasiados percances.
—¡Ay! Pobrecito mío —compadeció ella, acariciándolo—. Ya sabía yo que podía confiar en los shinobi que tenemos, esperad aquí un minuto.
Y la mujer desapareció haciendo que lo último que vieran ellos fuera su pequeño y chafado moño deshacerse nada más entrar de nuevo. No pasaron más de unos instantes cuando apareció de nuevo con un pergamino similar al que habían dado a Takumi un rato antes, sin Kiro entre sus brazos y con el moño rehecho.
—Porque supongo que habéis venido por la misión que encargué, ¿no? —Hiroki asintió—. Bien, bien, aquí tenéis, en cuanto entreguéis este papel os darán la misión por completada.
Y le tendió el pergamino al marionetista.
—Muchísimas gracias por todo, chicos, de verdad.
—¡No hay de qué, Hinoka-san! —exclamó el Senju, sonriente. Luego se giró a Takumi—. ¡Vamos!
—¡Ay! Pobrecito mío —compadeció ella, acariciándolo—. Ya sabía yo que podía confiar en los shinobi que tenemos, esperad aquí un minuto.
Y la mujer desapareció haciendo que lo último que vieran ellos fuera su pequeño y chafado moño deshacerse nada más entrar de nuevo. No pasaron más de unos instantes cuando apareció de nuevo con un pergamino similar al que habían dado a Takumi un rato antes, sin Kiro entre sus brazos y con el moño rehecho.
—Porque supongo que habéis venido por la misión que encargué, ¿no? —Hiroki asintió—. Bien, bien, aquí tenéis, en cuanto entreguéis este papel os darán la misión por completada.
Y le tendió el pergamino al marionetista.
—Muchísimas gracias por todo, chicos, de verdad.
—¡No hay de qué, Hinoka-san! —exclamó el Senju, sonriente. Luego se giró a Takumi—. ¡Vamos!