13/02/2020, 20:50
Al Uchiha no le pasó desapercibido el desprecio que sus palabras habían provocado instintivamente en Kurama; parecía que había pinchado en hueso. Era de esperar, no obstante, pues a ningún pretendiente a la divinidad le gustaba que le recordasen que también tenía debilidades terrenales.
¿Pero las tenía, realmente? Akame sabía que aquellos sellados que se usaban para crear un jinchūriki no eran eternos —se desvanecían cuando su portador moría—, pero los seres a los que aprisionaban sí. No pocas veces se había regocijado en ello el Una Cola, consciente de que el tiempo era su aliado.
Cuando Kurama le cuestionó sobre sus dudas, Akame calló unos instantes. ¿Qué tipo de prueba quería? Esa era una buena pregunta. Por suerte, él tenía exactamente una respuesta a la altura.
—Decís que queréis gobernar sobre todo Ōnindo por derecho de nacimiento, pero en el orden natural de las cosas, además de muerte, también hay vida —argumentó, convencido—. ¿Podéis acaso crear la vida, Kurama?
¿Pero las tenía, realmente? Akame sabía que aquellos sellados que se usaban para crear un jinchūriki no eran eternos —se desvanecían cuando su portador moría—, pero los seres a los que aprisionaban sí. No pocas veces se había regocijado en ello el Una Cola, consciente de que el tiempo era su aliado.
Cuando Kurama le cuestionó sobre sus dudas, Akame calló unos instantes. ¿Qué tipo de prueba quería? Esa era una buena pregunta. Por suerte, él tenía exactamente una respuesta a la altura.
—Decís que queréis gobernar sobre todo Ōnindo por derecho de nacimiento, pero en el orden natural de las cosas, además de muerte, también hay vida —argumentó, convencido—. ¿Podéis acaso crear la vida, Kurama?