14/02/2020, 12:40
(Última modificación: 14/02/2020, 12:49 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
Daruu asintió y se acercó a su sensei.
—Bien. Agárrate a mí un momento. Voy a llevarnos a Ayame —dijo. Y entonces se dio cuenta de algo—. ¡Mierda! —maldijo. Probablemente Kōri no entendiese siquiera qué estaba pasando. Daruu y Ayame intercambiaron sendos kunai marcados con su sangre, y el Hyūga acababa de darse cuenta de que tiempo atrás había vendido el que le dio Ayame. Sólo esperaba que la muchacha no se diera cuenta nunca... sí... seguramente se le hubiera olvidado, claro. O se le olvidaría, si Daruu evitaba el tema por suficiente tiempo... con toda probabilidad la marca desaparecería sola.
Asintió para sí mismo y formuló los sellos del Chishio Kuchiyose. Sensei y alumno desaparecieron con un destello carmesí.
Yokuna asintió.
—Entonces confía en ell... ¡¡Cuidado!! —El hombre se interpuso entre Ayame y una nube de humo que apareció de golpe, y empuñando uno de sus kunai embistió hacia adelante, atacando al adversario desconocido.
Entonces el metal besó al metal, la nube de humo desapareció y Yokuna se encontró cara a cara con Amedama Daruu.
—¡Eh, eh, eh! ¡Que somos nosotros! —dijo.
—¿Pero qué cojones...? —Yokuna disminuyó la presión sobre la Intangible izquierda de Daruu poco a poco, y finalmente, bajó el filo de su arma. Miró a Kōri. Luego a Daruu—. Sólo saco una cosa en claro de esto: la próxima vez hablamos un poco de estos jutsus.
Daruu se fijó de pronto en Ayame y se deslizó por debajo del brazo de Yokuna, arrodillándose a su lado.
—¡Ayame! ¿¡Qué te ha pasado!?
—Bien. Agárrate a mí un momento. Voy a llevarnos a Ayame —dijo. Y entonces se dio cuenta de algo—. ¡Mierda! —maldijo. Probablemente Kōri no entendiese siquiera qué estaba pasando. Daruu y Ayame intercambiaron sendos kunai marcados con su sangre, y el Hyūga acababa de darse cuenta de que tiempo atrás había vendido el que le dio Ayame. Sólo esperaba que la muchacha no se diera cuenta nunca... sí... seguramente se le hubiera olvidado, claro. O se le olvidaría, si Daruu evitaba el tema por suficiente tiempo... con toda probabilidad la marca desaparecería sola.
Asintió para sí mismo y formuló los sellos del Chishio Kuchiyose. Sensei y alumno desaparecieron con un destello carmesí.
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Yokuna asintió.
—Entonces confía en ell... ¡¡Cuidado!! —El hombre se interpuso entre Ayame y una nube de humo que apareció de golpe, y empuñando uno de sus kunai embistió hacia adelante, atacando al adversario desconocido.
Entonces el metal besó al metal, la nube de humo desapareció y Yokuna se encontró cara a cara con Amedama Daruu.
—¡Eh, eh, eh! ¡Que somos nosotros! —dijo.
—¿Pero qué cojones...? —Yokuna disminuyó la presión sobre la Intangible izquierda de Daruu poco a poco, y finalmente, bajó el filo de su arma. Miró a Kōri. Luego a Daruu—. Sólo saco una cosa en claro de esto: la próxima vez hablamos un poco de estos jutsus.
Daruu se fijó de pronto en Ayame y se deslizó por debajo del brazo de Yokuna, arrodillándose a su lado.
—¡Ayame! ¿¡Qué te ha pasado!?
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)