15/02/2020, 18:28
El felino descarriado cayó al lado de los bultos pero rápidamente se reincorporó, erizándose por completo y gruñendo a la kunoichi que tenía delante. Pero el gato no tenía la mínima intención de dejarla ir tan tranquilamente. No era para nada uno de los vecinos y el gato reconocía a los intrusos. Otro gruñido y el gato entonces saltó nuevamente hasta Ren con las garras expuestas y dispuesto a perseguirla hasta el fondo del callejón de ser necesario con tal de enseñarle quién mandaba.
El pobre perro, testigo de lo que estaba ocurriendo emprendió la huida asustado también por el territorial gato, no sin antes tomar la bolsa de restos con el hocico y desaparecer hacia el fondo del callejón. No iba a meterse a la pelea pero no iba a desperdiciar la comida.
El pobre perro, testigo de lo que estaba ocurriendo emprendió la huida asustado también por el territorial gato, no sin antes tomar la bolsa de restos con el hocico y desaparecer hacia el fondo del callejón. No iba a meterse a la pelea pero no iba a desperdiciar la comida.