16/02/2020, 14:17
Pero algo en las palabras de Ayame pareció enardecer aún más al shinobi, que apretó los dientes y respiró hondo.
—¿Te sigues burlando de mí?
—¿Eh?
—¿Es parte de alguna broma pesada para sacarme de quicio? —añadió, dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpo—. Si es así, ¡pues felicitaciones! Lo estas logrando con honores.
—¡No! Yo...
—ES. KING. RŌ. GA —bramó, alzando los brazos. Y entonces Ayame supo que la había vuelto a liar con su nombre. Entonces Rōga señaló a sus espaldas con el pulgar—. Me he llevado un tercio de paliza de parte de mi familia por tu gracia, y más te vale que me des una buena explicación o al volver me van a terminar de dar las otras dos fracciones de tunda. How the hell? —«"Jau de jel?"» Repitió Ayame para sus adentros, incapaz de comprender qué era lo que había intentado decir con aquello—. ¿Para qué te has aparecido en la cocina de mi casa?
—T... ¿Tu familia? E... ¿Entonces era tu casa? —repitió, boquiabierta—. ¿Pero cómo...? ¡Yo nunca he dejado una marca en tu casa, ni siquiera había estado en ella nunca! ¿Entonces cómo...? —parloteaba sin parar para sí misma, intentando comprender qué era lo que había pasado para acabar apareciéndose en un lugar completamente desconocido para ella—. Eso no era lo que se suponía que tenía que pasar...
¡Daruu nunca le había advertido que podría acabar apareciéndose en otro lugar!
—¿Te sigues burlando de mí?
—¿Eh?
—¿Es parte de alguna broma pesada para sacarme de quicio? —añadió, dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpo—. Si es así, ¡pues felicitaciones! Lo estas logrando con honores.
—¡No! Yo...
—ES. KING. RŌ. GA —bramó, alzando los brazos. Y entonces Ayame supo que la había vuelto a liar con su nombre. Entonces Rōga señaló a sus espaldas con el pulgar—. Me he llevado un tercio de paliza de parte de mi familia por tu gracia, y más te vale que me des una buena explicación o al volver me van a terminar de dar las otras dos fracciones de tunda. How the hell? —«"Jau de jel?"» Repitió Ayame para sus adentros, incapaz de comprender qué era lo que había intentado decir con aquello—. ¿Para qué te has aparecido en la cocina de mi casa?
—T... ¿Tu familia? E... ¿Entonces era tu casa? —repitió, boquiabierta—. ¿Pero cómo...? ¡Yo nunca he dejado una marca en tu casa, ni siquiera había estado en ella nunca! ¿Entonces cómo...? —parloteaba sin parar para sí misma, intentando comprender qué era lo que había pasado para acabar apareciéndose en un lugar completamente desconocido para ella—. Eso no era lo que se suponía que tenía que pasar...
¡Daruu nunca le había advertido que podría acabar apareciéndose en otro lugar!