16/02/2020, 19:34
No le miró, pero respondió a su pregunta.
—Aquí es donde el hombre que un día fui murió. Aquí es donde Ryū nació. —Y, con esas palabras, dio un paso al frente.
El Palacio de Hielo era una cueva glaciar gigantesca. Al principio, la claridad convertía las paredes en un azul turquesa, y daba la sensación de estar caminando entre las profundidades del océano. Poco a poco, el azul se fue haciendo más oscuro, y las sombras y las formas en las paredes provocaban que uno viese cosas donde no las había. Que viese monstruos marinos donde no existían.
Ryū extrajo de su mochila dos antorchas y pasó una a Kaido, y las llamas iluminaron sus pasos y las peligrosas estalagmitas de hielo que colgaban por encima de sus cabezas. Cuanto más se adentraban en la cueva, más grande y más abierta parecía. Llegó un momento en que esta terminó por abrirse, llevándoles hasta lo que a todos luces era el interior de una montaña hueca. Casi hueca, más bien. Pues aquello estaba lleno de torres, escaleras que subían por la montaña y que descendían hasta sabe los dioses donde, y decenas de caminos angostos que colgaban sobre el vacío y conducían hasta la abertura de otras cuevas. Un hombre podría pasarse un mes entero allí, y no habría recorrido más que el diez por ciento de todo aquello.
Así de inmenso era. Y así de laberíntico.
—Concentra chakra en la planta de los pies, Kaido. A partir de aquí se vuelve muy resbaladizo.
No hacía falta ni qué decirlo. Pues, o se tenían unos nervios de acero, o recorrer el camino que Ryū había elegido sin seguridad era de locos. Era un paso muy estrecho, con la pared a la derecha y una caída al vacío a la izquierda, con el suelo ligeramente inclinado en dicha dirección como si el que hubiese construido aquello tuviese un extraño sentido del humor. Luego, el camino se convertía en un puente. Uno sin barandillas, claro. Ni nada en lo que sujetarse. Simplemente era una gruesa capa de hielo que conectaba con una torre circular, y que cuyo camino seguía descendiendo en espiral por esta.
Cuando ya habían bajado una buena parte de la torre, se encontraron con una abertura en ella. El camino seguía descendiendo, pero Ryū optó por adentrarse en la torre. Allí, en lo que a todas luces era una sala circular difícilmente creada únicamente por la madre naturaleza, encontraron a una mujer, de piel morena, pelo trenzado y un cuerpo nervudo y musculado. Le faltaban dos manos. Y, como pequeño detalle, se encontraba al otro lado de la pared. Dentro de ella, más bien.
Estaba congelada.
Al otro lado de la sala había otra abertura que llevaba a un camino colgante. Antes de avanzar por él, Ryū se quedó mirando por unos breves instantes a la mujer. Tenía los brazos levantados, las piernas flexionadas y el rostro teñido por una mueca de guerra. Es como si hubiese quedado congelada justo en medio de un salto, antes de impactar a su enemigo con un arma pesada.
Arma que no se veía por ninguna parte. No, claro que no se veía por ninguna parte. Porque Ryū…
—La antigua dueña de Cometruenos —informó a Kaido.
—Aquí es donde el hombre que un día fui murió. Aquí es donde Ryū nació. —Y, con esas palabras, dio un paso al frente.
El Palacio de Hielo era una cueva glaciar gigantesca. Al principio, la claridad convertía las paredes en un azul turquesa, y daba la sensación de estar caminando entre las profundidades del océano. Poco a poco, el azul se fue haciendo más oscuro, y las sombras y las formas en las paredes provocaban que uno viese cosas donde no las había. Que viese monstruos marinos donde no existían.
Ryū extrajo de su mochila dos antorchas y pasó una a Kaido, y las llamas iluminaron sus pasos y las peligrosas estalagmitas de hielo que colgaban por encima de sus cabezas. Cuanto más se adentraban en la cueva, más grande y más abierta parecía. Llegó un momento en que esta terminó por abrirse, llevándoles hasta lo que a todos luces era el interior de una montaña hueca. Casi hueca, más bien. Pues aquello estaba lleno de torres, escaleras que subían por la montaña y que descendían hasta sabe los dioses donde, y decenas de caminos angostos que colgaban sobre el vacío y conducían hasta la abertura de otras cuevas. Un hombre podría pasarse un mes entero allí, y no habría recorrido más que el diez por ciento de todo aquello.
Así de inmenso era. Y así de laberíntico.
—Concentra chakra en la planta de los pies, Kaido. A partir de aquí se vuelve muy resbaladizo.
No hacía falta ni qué decirlo. Pues, o se tenían unos nervios de acero, o recorrer el camino que Ryū había elegido sin seguridad era de locos. Era un paso muy estrecho, con la pared a la derecha y una caída al vacío a la izquierda, con el suelo ligeramente inclinado en dicha dirección como si el que hubiese construido aquello tuviese un extraño sentido del humor. Luego, el camino se convertía en un puente. Uno sin barandillas, claro. Ni nada en lo que sujetarse. Simplemente era una gruesa capa de hielo que conectaba con una torre circular, y que cuyo camino seguía descendiendo en espiral por esta.
Cuando ya habían bajado una buena parte de la torre, se encontraron con una abertura en ella. El camino seguía descendiendo, pero Ryū optó por adentrarse en la torre. Allí, en lo que a todas luces era una sala circular difícilmente creada únicamente por la madre naturaleza, encontraron a una mujer, de piel morena, pelo trenzado y un cuerpo nervudo y musculado. Le faltaban dos manos. Y, como pequeño detalle, se encontraba al otro lado de la pared. Dentro de ella, más bien.
Estaba congelada.
Al otro lado de la sala había otra abertura que llevaba a un camino colgante. Antes de avanzar por él, Ryū se quedó mirando por unos breves instantes a la mujer. Tenía los brazos levantados, las piernas flexionadas y el rostro teñido por una mueca de guerra. Es como si hubiese quedado congelada justo en medio de un salto, antes de impactar a su enemigo con un arma pesada.
Arma que no se veía por ninguna parte. No, claro que no se veía por ninguna parte. Porque Ryū…
—La antigua dueña de Cometruenos —informó a Kaido.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado