17/02/2020, 12:32
—¡Ten más cuidado, Ayame! —reprendió Daruu con preocupación.
Mientras, Yokuna se había levantado y alejado unos metros. Observaba el final del claro con preocupación.
—Amedama, ¿puedes buscar en los alrededores con tus ojos? —dijo—. Muertos los líderes, los demás bandidos no serán un problema. Especialmente porque... bueno. Consiguieron parte de lo que querían: ya no quedan asentamientos en el Bosque de Azur. —Daruu bajó la mirada y apretó la mandíbula—. No obstante, si queda alguno que podamos cazar, lo haremos.
El Hyūga asintió y dejó a Ayame en el suelo con cuidado. Se acercó a Yokuna y comenzó a registrar su entorno con cuidado con el Byakugan. Su rango de acción era limitado, pero como había dicho Yokuna, si había algún rezagado entre los bandidos pronto se encontraría aislado y sin objetivos. Además, los propios guardias que vigilaban el interior del Bosque podrían detener a aquellos que no estaban muy versados en las artes ninja. Los más peligrosos ya los habían eliminado ellos.
Estuvo unos minutos buscando, hasta que sintió que si seguía se haría daño en la vista. Desactivó su dōjutsu y negó con la cabeza.
—Nadie.
—Entonces, cuando Ayame esté preparada, nos marcharemos.
Mientras, Yokuna se había levantado y alejado unos metros. Observaba el final del claro con preocupación.
—Amedama, ¿puedes buscar en los alrededores con tus ojos? —dijo—. Muertos los líderes, los demás bandidos no serán un problema. Especialmente porque... bueno. Consiguieron parte de lo que querían: ya no quedan asentamientos en el Bosque de Azur. —Daruu bajó la mirada y apretó la mandíbula—. No obstante, si queda alguno que podamos cazar, lo haremos.
El Hyūga asintió y dejó a Ayame en el suelo con cuidado. Se acercó a Yokuna y comenzó a registrar su entorno con cuidado con el Byakugan. Su rango de acción era limitado, pero como había dicho Yokuna, si había algún rezagado entre los bandidos pronto se encontraría aislado y sin objetivos. Además, los propios guardias que vigilaban el interior del Bosque podrían detener a aquellos que no estaban muy versados en las artes ninja. Los más peligrosos ya los habían eliminado ellos.
Estuvo unos minutos buscando, hasta que sintió que si seguía se haría daño en la vista. Desactivó su dōjutsu y negó con la cabeza.
—Nadie.
—Entonces, cuando Ayame esté preparada, nos marcharemos.