17/02/2020, 13:18
Tanto Yuuna como Ayame retrocedieron al ver el chakra de Gyūki. Para Yuuna era la primera vez, por que cuando se lo enseñé a Datsue no estaba y el día del puerto... Estaba inconsciente. En cuanto a Ayame... Supongo que no te miras al espejo cuando sacas el chakra del bijuu a pasear.
Pero vaya, por sus caras, debía verme horriblemente feo. Datsue no reaccionó así. El... Se emocionó mas.
—¿Estás segura?
—¿Eh? ¿De que?
Pero al parecer, como hacía Datsue, Ayame hablaba en voz alta con el Bijuu, como Datsue. Lo descubrimos unos segundos mas tarde, cuando con un sello, una figura del tamaño de un caballo, y con una forma similar, pero con cabeza de delfín o algo así, apareció de una nube de humo.
Ciertamente era... Pequeño. Al menos comparado con Gyūki. Pero eso no evito que retrocediera un paso, y tampoco a Yuuna.
—Reiji, Yuuna, os presento a Kokuō...
—Le imaganiba mas... Grande. —Se me escapó. — Perdón, perdón, pero recuerdo a Gyūki del tamaño de una montaña.
Me di cuenta de mi error y enseguida rectifique. Aún así, había una cosa que me llamaba la atención. Gyuki era una mezcla de toro y pulpo. Kokuō era una mezcla de caballo y delfín. ¿Serian todos los bijuus algo así como mitad bicho marino, mitad bicho terrestre? La verdad es que a Shukaku no le había visto.
—Bueno, encantando de conocerte Kokuō, tendrás que disculpar que no mantenga el chakra de tu hermano, pero se va para no volver, y necesito pruebas frente al resto de tus hermanos, si es que aparecen...
—Encanta de conocerte Kokuō.— Saludó también Yuuna. Al menos ella no se le escapó nada sobre el tamaño.
Desactivé la capa de chakra del ocho colas. Por lo menos iba a necesitar el chakra para presentarme ante uno más. Pero quien sabe si aparecerían en algún momento los demás. No podía desperdiciar ese chakra. Se lo debía a Gyūki.
—Se que es mucho pedir, tu hermano me contó las cosas horribles que os han hecho los humanos a lo largo del tiempo y entendería que te negaras a escucharnos, pero traigo un mensaje de su parte, y me gustaría que lo escucharas por favor.
Pero vaya, por sus caras, debía verme horriblemente feo. Datsue no reaccionó así. El... Se emocionó mas.
—¿Estás segura?
—¿Eh? ¿De que?
Pero al parecer, como hacía Datsue, Ayame hablaba en voz alta con el Bijuu, como Datsue. Lo descubrimos unos segundos mas tarde, cuando con un sello, una figura del tamaño de un caballo, y con una forma similar, pero con cabeza de delfín o algo así, apareció de una nube de humo.
Ciertamente era... Pequeño. Al menos comparado con Gyūki. Pero eso no evito que retrocediera un paso, y tampoco a Yuuna.
—Reiji, Yuuna, os presento a Kokuō...
—Le imaganiba mas... Grande. —Se me escapó. — Perdón, perdón, pero recuerdo a Gyūki del tamaño de una montaña.
Me di cuenta de mi error y enseguida rectifique. Aún así, había una cosa que me llamaba la atención. Gyuki era una mezcla de toro y pulpo. Kokuō era una mezcla de caballo y delfín. ¿Serian todos los bijuus algo así como mitad bicho marino, mitad bicho terrestre? La verdad es que a Shukaku no le había visto.
—Bueno, encantando de conocerte Kokuō, tendrás que disculpar que no mantenga el chakra de tu hermano, pero se va para no volver, y necesito pruebas frente al resto de tus hermanos, si es que aparecen...
—Encanta de conocerte Kokuō.— Saludó también Yuuna. Al menos ella no se le escapó nada sobre el tamaño.
Desactivé la capa de chakra del ocho colas. Por lo menos iba a necesitar el chakra para presentarme ante uno más. Pero quien sabe si aparecerían en algún momento los demás. No podía desperdiciar ese chakra. Se lo debía a Gyūki.
—Se que es mucho pedir, tu hermano me contó las cosas horribles que os han hecho los humanos a lo largo del tiempo y entendería que te negaras a escucharnos, pero traigo un mensaje de su parte, y me gustaría que lo escucharas por favor.