Saki, el arte viviente

[Tsukisame Takumi]

El marionetista vio que trajeron una serie de hierros, los cuales pusieron a calentar en una fogata. «¡Que me quieren marcar como a una vaca! ¿Pero qué cojones les pasa a esta gente de verdad?» Aparte de los hierros al rojo vivo se habían traído mas artilugios y herramientas diversas para mayor disfrute de los locos captores. Los miembros de esta especie de Inquisición estaban discutiendo cual sería el método más adecuado para proceder en el momento en el que surgió una voz que venía de lo oscuro.

—¡Calma gente! —«Espera... ¿Kazuma?» —Lamento la demora, pero estaba esperando a Tamayo; que espero vuelva pronto. —Y sí, era Kazuma apareciendo cual salvador mientras desataba del poste al genin de Uzu.

—Tranquilo no pasa nada, esperemos que no se demore mucho... —Dijo masajeándose las muñecas un poco.

—¿Así que tenías un secuaz para tus fechorías?

—Manténganse calmados y no me veré obligado a usar esto. —Agarró fuertemente el mango de su ninjato.

—Dudo que lo hagan a no ser que aparezca Tamayo-san, así que mantente alerta. —Mientras el kazejin sacó dos kunais de su portaobjetos y conectó a cada uno de ellos un hilo de chakra.

—¡¿Conque te crees muy rudo?!

—¡Apartense, yo si le doy! —Tanto este como el anterior y los demás del grupo cogieron lo primero que tenían a mano para usarlo de arma.

Todos comenzaron a rodear al los genin, con una actitud belicosa. «Dios menuda mierda... Nos superan en número por mucho. Por favor Tamayo aparece pronto por aquí.»

—En realidad, este no era el rescate que tenía pensado.

—Tranquilo, al menos ya no estoy atado. Intentemos mantenerlos a distancia.

E inmediatamente con sus kunais atados a los hilos realizó un rápido movimiento de manos, pasando los kunais a medio metro escaso de los que le rodeaban haciendo con ellos un círculo de casi 360 grados, buscaba que nadie pudiera acercarse.

—¡Ni se os ocurra acercaros u os practico una traqueotomía en un momento!