20/02/2020, 23:23
Los pájaros de caramelo se perdieron más allá de las copas de los árboles. Yokuna esperó a tener espacio para realizar su técnica. Acumuló su chakra en las alas falsas y las batió. Una inmensa corriente de viento en espiral se alzó en el aire hasta el cielo. El hombre, con las alas abiertas, dio un salto. Despegó como lo habría hecho una de sus aves, y se elevó mucho más allá de lo que lo hicieron los pájaros de Daruu. En picado, aceleró hasta ponerse a su lado y desplegó de nuevo las alas, planeando delicadamente entre ellos.
Daruu, con la boca abierta, señalaba a Yokuna.
—¿¡Y esas alas!? ¡Cómo mola!
Yokuna sonrió.
—No sois los únicos que tenéis más de un truco bajo la manga.
Daruu, con la boca abierta, señalaba a Yokuna.
—¿¡Y esas alas!? ¡Cómo mola!
Yokuna sonrió.
—No sois los únicos que tenéis más de un truco bajo la manga.