24/02/2020, 13:07
(Última modificación: 24/02/2020, 13:08 por Taka Kisame.)
Los tímidos y sigilosos pasos de los genin se acercaban al arbusto. El ronroneo estaba cada vez más cerca, el olor se intensificaba. La maleza comenzó a moverse... Unos ojos brillantes asomaron de entre ella, dos largas colas ascendieron lentamente entre la maleza. La criatura caminó hacia adelante, gruñendo intensamente. De entre las hojas salieron unas fauces babeantes y unos ojos inyectados en sangre que se clavaban en ellos. Tenía el aspecto de un zoro a primera vista, pero era enorme para ser de esta especie. Su rostro afilado contrastaba con un musculoso cuerpo similar al de un león, así como sus patas. Tensando ahora todos los músculos de su torso, en posición de ataque. Las colas se movían levemente, totalmente alzadas... Kisame se detuvo, no iba a dar un solo paso más hacia adelante. La criatura miró a los genin, con un leve aura roja a su alrededor... Sus dientes ensangrentados y su cuerpo con restos de vísceras delataban a aquel ser como el verdadero culpable de lo que estaba ocurriendo...
-¿Pero que...? -Logró arrancar el pelinegro de su garganta mientras observaba a la bestia totalmente congelado, quizás con miedo.
Alzó sus manos para preparar unos sellos, en caso de necesitarlos, pero la criatura fue mas rápida, lanzándose totalmente rabiosa hacia la pequeña shinobi, con tal velocidad que el de Amegakure no tuvo tiempo a reaccionar con la suficiente velocidad.
-¿Pero que...? -Logró arrancar el pelinegro de su garganta mientras observaba a la bestia totalmente congelado, quizás con miedo.
Alzó sus manos para preparar unos sellos, en caso de necesitarlos, pero la criatura fue mas rápida, lanzándose totalmente rabiosa hacia la pequeña shinobi, con tal velocidad que el de Amegakure no tuvo tiempo a reaccionar con la suficiente velocidad.