26/02/2020, 22:05
Daruu se detuvo momentáneamente, en seco.
—Espera —Sacudió la cabeza, y le mostró las palmas de las manos—. ¿Ese pergamino que llevaba en la espalda entonces...?
Ayame se limitó a sonreír, como toda afirmación. Y Daruu hizo chocar el puño contra la palma del otro.
—¡Anda, qué guapo! ¡Felicidades entonces!
»La verdad es que esas alas me dan envidia, sí.
Ayame infló el pecho con orgullo desmedido.
—Pero las mías siguen siendo mejores. ¡Tenías que haber visto su cara cuando las usé delante de él! —exclamó, llena de júbilo.
A lo lejos comenzaba a desdibujarse la silueta de la tan conocida Pastelería de Kiroe. La aventura estaba a punto de llegar a su fin.
—Espera —Sacudió la cabeza, y le mostró las palmas de las manos—. ¿Ese pergamino que llevaba en la espalda entonces...?
Ayame se limitó a sonreír, como toda afirmación. Y Daruu hizo chocar el puño contra la palma del otro.
—¡Anda, qué guapo! ¡Felicidades entonces!
»La verdad es que esas alas me dan envidia, sí.
Ayame infló el pecho con orgullo desmedido.
—Pero las mías siguen siendo mejores. ¡Tenías que haber visto su cara cuando las usé delante de él! —exclamó, llena de júbilo.
A lo lejos comenzaba a desdibujarse la silueta de la tan conocida Pastelería de Kiroe. La aventura estaba a punto de llegar a su fin.