28/02/2020, 23:58
—Creo que…necesitas conocer un poco el continente que pretendes pacificar —opino, tratando de ser amable con los sueños de un jovenzuelo—. No es que diga que es imposible, o que estas soñando despierto; pero es que me parece que hay mucho que no tomas en cuenta.
De un hervido tomo un gran y jugoso hongo y lo devoró con gusto, para luego dirigir su mirada a aquel peliblanco que aún no se había dignado a intervenir.
—Y tu…, ¿también estas aquí porque quieres salvar el mundo? —pregunto sin más.
—Esto… —Aquella pregunta agarro a Kazuma con los fideos colgando de la boca; por lo que los sorbió lo menos ruidosamente que pudo y se enderezo para contestar—. De hecho, estoy aquí por cuestión de negocios; o, mejor dicho, una especie de misión cultural.
—¿Eso es todo? Eres un chico bastante aburrido, ¿sabías? —declaro, ante lo burocrático de las palabras del peliblanco—. La verdad es que no me inspiran nada de ánimos…
—Me han ayudado mucho, señora; seria cruel no darles una oportunidad —alego Tamayo mientras dejaba fuera de su alcance una cacerola con camarones, como si fuese una niña a la cual estaba tratando de convencer.
—¡Oye, eso es sucio! —alego ante aquel intento de tomar como rehén su alimento—. Además, tú fuiste la que involucro al primero y le pego al segundo.
El único argumento que presento Tamayo fue un mohín y unos ojos cristalinos que parecían estar a punto de romper a llorar.
—Bien. Les daré una oportunidad, o algo así —aseguro mientras la chica le acercaba la cacerola—. Muéstrenme algo que me impresione, que me conmueva o que me alegre… Lo que sea que pueda romper la indiferencia que ambos me provocan.
Saki alterno su único y vivaz ojo verde entre ambos muchachos, dándoles a entender que lo que quería lo que quería en aquel mismo instante.
De un hervido tomo un gran y jugoso hongo y lo devoró con gusto, para luego dirigir su mirada a aquel peliblanco que aún no se había dignado a intervenir.
—Y tu…, ¿también estas aquí porque quieres salvar el mundo? —pregunto sin más.
—Esto… —Aquella pregunta agarro a Kazuma con los fideos colgando de la boca; por lo que los sorbió lo menos ruidosamente que pudo y se enderezo para contestar—. De hecho, estoy aquí por cuestión de negocios; o, mejor dicho, una especie de misión cultural.
—¿Eso es todo? Eres un chico bastante aburrido, ¿sabías? —declaro, ante lo burocrático de las palabras del peliblanco—. La verdad es que no me inspiran nada de ánimos…
—Me han ayudado mucho, señora; seria cruel no darles una oportunidad —alego Tamayo mientras dejaba fuera de su alcance una cacerola con camarones, como si fuese una niña a la cual estaba tratando de convencer.
—¡Oye, eso es sucio! —alego ante aquel intento de tomar como rehén su alimento—. Además, tú fuiste la que involucro al primero y le pego al segundo.
El único argumento que presento Tamayo fue un mohín y unos ojos cristalinos que parecían estar a punto de romper a llorar.
—Bien. Les daré una oportunidad, o algo así —aseguro mientras la chica le acercaba la cacerola—. Muéstrenme algo que me impresione, que me conmueva o que me alegre… Lo que sea que pueda romper la indiferencia que ambos me provocan.
Saki alterno su único y vivaz ojo verde entre ambos muchachos, dándoles a entender que lo que quería lo que quería en aquel mismo instante.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)