2/03/2020, 23:02
— Bueno, si insistes... Salgo fuera y te hablo.
Eri asintió, pensando que había sido una buena idea. Esperaría a que se alejase lo suficiente para que no se escuchasen y activase el sello. Pero había cometido un único error en todo ese plan, un, único, error. Y lo pagarían caro.
Ahora entendería a Hiroki.
— Holaaaa, Eri-senseiiiii.
—¡NO. SE. CIERRA. LA. PUERTA! —aquello no solo lo escuchó Hana, sino que Eri sintió que no debía haberle puesto el sello dentro de la casa de su temida hermana.
Si la rubia se giraba, encontraría a Hotaru, con los ojos a fuego, crujiéndose los nudillos mientras se acercaba a la chica, como si de una leona se tratara, buscando a su presa. Su puño derecho comenzó a adquirir un color verdoso, extraño pero a su vez, conocido por la chica de ojos castaños, viendo las chispas correr por aquel lugar pese a no ser elemental de rayo.
La puerta se abrió de golpe y Eri salió corriendo de ella.
—¡H-Hotaru! —exclamó, tomando a Hana por la muñeca—. ¡Ya nos vamos, hasta otra, te quiero! —De un salto, la chica tiró de la rubia y juntas subieron al tejado, corriendo para alejarse del lugar lo más rápido posible.
A lo lejos, se escuchó como un par de macetas de cerámica se rompían.
Eri asintió, pensando que había sido una buena idea. Esperaría a que se alejase lo suficiente para que no se escuchasen y activase el sello. Pero había cometido un único error en todo ese plan, un, único, error. Y lo pagarían caro.
Ahora entendería a Hiroki.
— Holaaaa, Eri-senseiiiii.
—¡NO. SE. CIERRA. LA. PUERTA! —aquello no solo lo escuchó Hana, sino que Eri sintió que no debía haberle puesto el sello dentro de la casa de su temida hermana.
Si la rubia se giraba, encontraría a Hotaru, con los ojos a fuego, crujiéndose los nudillos mientras se acercaba a la chica, como si de una leona se tratara, buscando a su presa. Su puño derecho comenzó a adquirir un color verdoso, extraño pero a su vez, conocido por la chica de ojos castaños, viendo las chispas correr por aquel lugar pese a no ser elemental de rayo.
La puerta se abrió de golpe y Eri salió corriendo de ella.
—¡H-Hotaru! —exclamó, tomando a Hana por la muñeca—. ¡Ya nos vamos, hasta otra, te quiero! —De un salto, la chica tiró de la rubia y juntas subieron al tejado, corriendo para alejarse del lugar lo más rápido posible.
A lo lejos, se escuchó como un par de macetas de cerámica se rompían.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)