4/03/2020, 22:35
—Oeh oeh, ¿qué mosquito te picó? Te has puesto más roja que un letrero de comida del Distrito Comercial —indagó Rōga, y eso sólo hizo que Ayame se sonrojara aún más, si eso era posible—. Are you kidding me? No tienes que andar por la vida con modestias innecesarias. Si eres buena en algo, ¿para que ocultarlo? ¡Uzumaki te tiene en un pedestal y estima mucho ese recuerdo contigo!
—¡Yo también guardo ese recuerdo como un tesoro! —confesó, volviendo a hacer aspavientos con los brazos—. ¡Pero no soy TAN buena como ella dice! ¡Me está sobrestimando! ¡Ni que fuera una idol o algo así!
—No tienes porqué andarte subestimando —rebatió él—. A inicios de año me decías que te preocupaba que Yondaime-sama no te tuviese en cuenta para una prueba de chunnin, ¡y mírate ahora!
—Bueno, pero eso no tiene nada que ver... Estuve trabajando duro y...
—La humildad va sobrando Aotsuki, la prueba fehaciente es que lograste labrarte un lugar en el podio del evento —Rōga dio un pequeño saltito y le dio un par de palmadas repentinas en el hombro que la sobresaltaron. Para lo jovencito que era, aquel chico era bastante fuerte—. Además... —añadió, retrocediendo un paso. Sus labios se ensancharon en una afilada sonrisa, casi amenazadora—. Tú confirmación me da motivos para considerarte un rival en mi camino —sentenció, con un pisotón en el suelo, y entonces la señaló con un dedo acusador—. Tengo que demostrar que puedo superarte como representante de Amegakure en el festival, pero para ello tú y yo tenemos que vernos en el escenario cara a cara o no significará nada.
Ayame dejó escapar el aire por la nariz.
—Si tú lo dices... —farfulló, a desgana.
—Ya hice un arreglo con Uzumaki, para que nos encontrásemos en el Festival de Tanzaku Gai y me comprometí a darte el mensaje de que ella desea que vuelvan a ser compañeras en el evento —Ayame volvió a girar la cabeza bruscamente hacia él. ¿Acaso se había atrevido a hacerle planes?—. Por supuesto no pienso ir sólo y le dije que a ser posible ella intentara convencer a Sagisō Ranko de que se convirtiese mi dueto para el evento. ¿Vas a defraudarla? Ella parecía un poco consternada por el hecho de que no mencionases su logro juntas...
—¿Ranko también? —Ayame parpadeó varias veces, genuinamente sorprendida. Recordaba que la muchacha tocaba la flauta; de hecho, la primera vez que la había escuchado la había confundido precisamente con Eri; pero le costaba un mundo imaginarla subida a un escenario—. ¡Si no lo mencioné fue porque...! ¡Bueno, me daba vergüenza! ¿Vale? ¿Contento? —exclamó, cruzándose de brazos en un gesto claramente irritado.
—¡DE NADA ME SIRVE GANAR SI NO ESTÁS PRESENTE! —bramó Rōga, agitando el puño frente a su rostro—. Ella me dió su palabra de que irá. ¿VENDRÁS, CIERTO?
Ayame resopló. Se sentía entre la espada y la pared.
—En fin, si va a ir tanta gente... Iré. Si no tengo ningún otro compromiso —aclaró. Entonces señaló al frente, un cartel rezaba: La Pastelería de Kiroe-chan—. Mira, ahí es. ¿Te apetece un batido o algún dulce? Déjame invitarte, por las molestias.
—¡Yo también guardo ese recuerdo como un tesoro! —confesó, volviendo a hacer aspavientos con los brazos—. ¡Pero no soy TAN buena como ella dice! ¡Me está sobrestimando! ¡Ni que fuera una idol o algo así!
—No tienes porqué andarte subestimando —rebatió él—. A inicios de año me decías que te preocupaba que Yondaime-sama no te tuviese en cuenta para una prueba de chunnin, ¡y mírate ahora!
—Bueno, pero eso no tiene nada que ver... Estuve trabajando duro y...
—La humildad va sobrando Aotsuki, la prueba fehaciente es que lograste labrarte un lugar en el podio del evento —Rōga dio un pequeño saltito y le dio un par de palmadas repentinas en el hombro que la sobresaltaron. Para lo jovencito que era, aquel chico era bastante fuerte—. Además... —añadió, retrocediendo un paso. Sus labios se ensancharon en una afilada sonrisa, casi amenazadora—. Tú confirmación me da motivos para considerarte un rival en mi camino —sentenció, con un pisotón en el suelo, y entonces la señaló con un dedo acusador—. Tengo que demostrar que puedo superarte como representante de Amegakure en el festival, pero para ello tú y yo tenemos que vernos en el escenario cara a cara o no significará nada.
Ayame dejó escapar el aire por la nariz.
—Si tú lo dices... —farfulló, a desgana.
—Ya hice un arreglo con Uzumaki, para que nos encontrásemos en el Festival de Tanzaku Gai y me comprometí a darte el mensaje de que ella desea que vuelvan a ser compañeras en el evento —Ayame volvió a girar la cabeza bruscamente hacia él. ¿Acaso se había atrevido a hacerle planes?—. Por supuesto no pienso ir sólo y le dije que a ser posible ella intentara convencer a Sagisō Ranko de que se convirtiese mi dueto para el evento. ¿Vas a defraudarla? Ella parecía un poco consternada por el hecho de que no mencionases su logro juntas...
—¿Ranko también? —Ayame parpadeó varias veces, genuinamente sorprendida. Recordaba que la muchacha tocaba la flauta; de hecho, la primera vez que la había escuchado la había confundido precisamente con Eri; pero le costaba un mundo imaginarla subida a un escenario—. ¡Si no lo mencioné fue porque...! ¡Bueno, me daba vergüenza! ¿Vale? ¿Contento? —exclamó, cruzándose de brazos en un gesto claramente irritado.
—¡DE NADA ME SIRVE GANAR SI NO ESTÁS PRESENTE! —bramó Rōga, agitando el puño frente a su rostro—. Ella me dió su palabra de que irá. ¿VENDRÁS, CIERTO?
Ayame resopló. Se sentía entre la espada y la pared.
—En fin, si va a ir tanta gente... Iré. Si no tengo ningún otro compromiso —aclaró. Entonces señaló al frente, un cartel rezaba: La Pastelería de Kiroe-chan—. Mira, ahí es. ¿Te apetece un batido o algún dulce? Déjame invitarte, por las molestias.