5/03/2020, 06:23
El genin sonrió maliciosamente complacido. Sí, podía ser alguien desesperante que no dudaba en aplicar un poco de chantaje, pero no iba con mala intención. Continuando la caminata, llegaron finalmente a una pastelería, siendo que Ayame le ofreció pasar adelante a manera de compensación.El genin estaba por negarse diciendo que él mismo iba a pagar, pero luego se recordó que por salir corriendo de su casa no cargaba ni un sólo ryō enciam, teniendo que resignarse a complacer a la muchacha.
—En otra situación te diría que no te molestaras por ello y que yo pagaba pero la verdad es que tengo los bolsillos con más polvo que el desierto del País del Viento— Suspiró y se encogió de hombros. —¿Sabes? Uzumaki tampoco me dejó pagar la cuenta cuando fuimos a tomarnos unas bebidas. ¡No me gusta que siempre sean los demás quienes me anden invitando! Aunque esta vez no puedo rechazarlo— Negó con la cabeza, resignado a degustar el prometido postre. —Tú y ella se parecen bastante — Soltó el comentario al aire.
»Ya que te ofreciste elige tú lo que vas a pedir para los dos, no frecuento sitios así por lo que no sé realmente que pedir.
Rōga sonrió despreocupado, dispuesto a acompañar a la jōnin al interior del local.
—En otra situación te diría que no te molestaras por ello y que yo pagaba pero la verdad es que tengo los bolsillos con más polvo que el desierto del País del Viento— Suspiró y se encogió de hombros. —¿Sabes? Uzumaki tampoco me dejó pagar la cuenta cuando fuimos a tomarnos unas bebidas. ¡No me gusta que siempre sean los demás quienes me anden invitando! Aunque esta vez no puedo rechazarlo— Negó con la cabeza, resignado a degustar el prometido postre. —Tú y ella se parecen bastante — Soltó el comentario al aire.
»Ya que te ofreciste elige tú lo que vas a pedir para los dos, no frecuento sitios así por lo que no sé realmente que pedir.
Rōga sonrió despreocupado, dispuesto a acompañar a la jōnin al interior del local.