5/03/2020, 15:01
Las desgracias nunca vienen solas, y cuando creyó haber visto a algún otro animal, resultó ser un pobre hombre sin techo que rebuscaba entre la basura, seguramente algo de comida. Esbozó un gesto de preocupación, y de forma ya algo más desinteresada decidió acercarse a aquel hombre, con toda la compasión y buena fé que a ella le caracterizaba. No conseguía avanzar en su misión de ninguna forma y puede que si llevaba mucho tiempo en las calles supiera de algún animal, pero aquello no se le pasó por la cabeza todavía; solo quería prestar ayuda.
— Disculpe señor. ¿Esta bien? ¿Puedo ayudarle? — dijo con un suave tono, con aquella jaula en la mano.
— Disculpe señor. ¿Esta bien? ¿Puedo ayudarle? — dijo con un suave tono, con aquella jaula en la mano.