10/03/2020, 11:37
La verdad es que ahora que lo miraba y vivía qué estaba pasando allí, sentía que no era buena idea.
En el puesto en cuestión había un escenario como el que había todos los años: escalones para subir, micrófonos por cable y gente cantando al son de una melodía. El problema caía, siempre, en que habían personas que destacaban más de lo que solían hacer las demás personas que se presentaban. Eri torció el gesto, no le gustaba aquello.
Para su sorpresa, eran dos chicos los que habían conseguido llamar la atención encima del escenario: un chico de apariencia delicada, con unos movimientos gráciles y vivos que llamaban la atención junto a su rostro angelical, era el encargado de cantar con un tono dulzón. Otro, con apariencia más madura y de cabellos y barba castaños, con algunas marcas en el rostro que cantaba con voz más profunda en contraposición con su compañero.
A Eri se le escapó un latido que resonó hasta sus oídos cuando los ojos del segundo chico se cruzaron con los de ella. Sonrojándose de inmediato.
— Eri-san, no creo que podamos igualar su actuación.
«Seguramente no, pero...»
—¿Y qué? ¡Hagamos una demostración de lo que podemos hacer! —animó la pelirroja. Total, cantar era más fácil que tocar la flauta—. Vayamos a ver el catálogo y elegimos una canción que ambas conozcamos. —Y tirando prácticamente de Hana, se acercó al lugar.
En el puesto en cuestión había un escenario como el que había todos los años: escalones para subir, micrófonos por cable y gente cantando al son de una melodía. El problema caía, siempre, en que habían personas que destacaban más de lo que solían hacer las demás personas que se presentaban. Eri torció el gesto, no le gustaba aquello.
Para su sorpresa, eran dos chicos los que habían conseguido llamar la atención encima del escenario: un chico de apariencia delicada, con unos movimientos gráciles y vivos que llamaban la atención junto a su rostro angelical, era el encargado de cantar con un tono dulzón. Otro, con apariencia más madura y de cabellos y barba castaños, con algunas marcas en el rostro que cantaba con voz más profunda en contraposición con su compañero.
A Eri se le escapó un latido que resonó hasta sus oídos cuando los ojos del segundo chico se cruzaron con los de ella. Sonrojándose de inmediato.
— Eri-san, no creo que podamos igualar su actuación.
«Seguramente no, pero...»
—¿Y qué? ¡Hagamos una demostración de lo que podemos hacer! —animó la pelirroja. Total, cantar era más fácil que tocar la flauta—. Vayamos a ver el catálogo y elegimos una canción que ambas conozcamos. —Y tirando prácticamente de Hana, se acercó al lugar.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)