11/03/2020, 00:29
—Espero que haya sido de su agrado Kamahora-dono. —Dijo aún agachado, rezando por que le hubiera gustado la pieza musical.
—Ha sido muy ameno —admitió la maestra, quien había permaneció inmóvil desde el comienzo—. No es usual conseguir a alguien que pueda interpretar una canción típica en su lengua original, eso le da bastante más valor.
Kazuma hizo un gesto de aprobación hacia Takumi, pues no solo había interpretado una pieza hermosa, sino que también había conseguido dejar satisfecha a la artista. Por su parte, Tamayo lucia bastante contenta; sin duda, sabia cuando su señora se encontraba complacida. En realidad, Saki resultaba una persona bastante accesible, solo que la mayoría intentaban llegar a ella por los medios equivocados, cuando los correctos la desarmaban con facilidad.
—Sí, sí, ya se: se han ganado el derecho a que los reciba —dijo divertida en cuanto vio la expresión de Tamayo—. Pero no hoy, estoy un tanto cansada… Prepárenles unas habitaciones.
La criada que había traído el oud se retiró a cumplir con la petición. Mientras tanto, Saki camino hasta la puerta y la deslizo para salir, pero antes de eso se giró hacia los muchachos.
—Me han mostrado algo de mi interés, así que sería justo si yo les muestro algo que les interese a ustedes, ¿verdad? —dijo con una sonrisa un tanto enigmática y con un brillo casi malicioso en su verde ojo—. ¿Qué tal si me acompañan a un pequeño ejercicio matutino mañana?
Al escuchar esto, la expresión de Tamayo se ensombreció y, desde detrás de su maestra, comenzó a hacerles señas de que dijeran que no, que rechazaran aquella oferta.
—No quisiera molestarle. Además, con la oportunidad que nos ha dado es más que suficiente —respondió el de ojos grises, tratando de hacer caso a las advertencias.
—¿Es así? —pregunto mostrando una falsa decepción—. Tenía pensado probar el artefacto que me trajeron… Pensé que después de tantos problemas les gustaría ver que era; digo, no todos los días se ve un… Bueno, si no se puede, no se puede... Quiza algun otro tenga interes de verlo algun dia.
Kazuma miro a Takumi con sorpresa; al igual que como ellos había hecho, Saki les estaba abofeteando con una carnada demasiado jugosa como para ignorarla, aunque la sensación de peligro aún estaba allí. Y a pesar de ello, la provocación parecía estar ganando a las señas de peligro.
—Ha sido muy ameno —admitió la maestra, quien había permaneció inmóvil desde el comienzo—. No es usual conseguir a alguien que pueda interpretar una canción típica en su lengua original, eso le da bastante más valor.
Kazuma hizo un gesto de aprobación hacia Takumi, pues no solo había interpretado una pieza hermosa, sino que también había conseguido dejar satisfecha a la artista. Por su parte, Tamayo lucia bastante contenta; sin duda, sabia cuando su señora se encontraba complacida. En realidad, Saki resultaba una persona bastante accesible, solo que la mayoría intentaban llegar a ella por los medios equivocados, cuando los correctos la desarmaban con facilidad.
—Sí, sí, ya se: se han ganado el derecho a que los reciba —dijo divertida en cuanto vio la expresión de Tamayo—. Pero no hoy, estoy un tanto cansada… Prepárenles unas habitaciones.
La criada que había traído el oud se retiró a cumplir con la petición. Mientras tanto, Saki camino hasta la puerta y la deslizo para salir, pero antes de eso se giró hacia los muchachos.
—Me han mostrado algo de mi interés, así que sería justo si yo les muestro algo que les interese a ustedes, ¿verdad? —dijo con una sonrisa un tanto enigmática y con un brillo casi malicioso en su verde ojo—. ¿Qué tal si me acompañan a un pequeño ejercicio matutino mañana?
Al escuchar esto, la expresión de Tamayo se ensombreció y, desde detrás de su maestra, comenzó a hacerles señas de que dijeran que no, que rechazaran aquella oferta.
—No quisiera molestarle. Además, con la oportunidad que nos ha dado es más que suficiente —respondió el de ojos grises, tratando de hacer caso a las advertencias.
—¿Es así? —pregunto mostrando una falsa decepción—. Tenía pensado probar el artefacto que me trajeron… Pensé que después de tantos problemas les gustaría ver que era; digo, no todos los días se ve un… Bueno, si no se puede, no se puede... Quiza algun otro tenga interes de verlo algun dia.
Kazuma miro a Takumi con sorpresa; al igual que como ellos había hecho, Saki les estaba abofeteando con una carnada demasiado jugosa como para ignorarla, aunque la sensación de peligro aún estaba allí. Y a pesar de ello, la provocación parecía estar ganando a las señas de peligro.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)