12/03/2020, 03:22
(Última modificación: 14/03/2020, 14:55 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Nunca jamás había visto algo como eso. Desde luego, no pudo evitar quedarse perplejo mirándolo durante unos instantes que parecieron horas... El oscuro chakra que escupió desde su boca parecía apelmazarse en un remolino macabro que giraba, giraba y giraba... Más pronto que tarde, la pequeña esfera se acercaba a ellos rápidamente y sin control. No tenía muchas opciones, así que comenzó a preparar una defensa: tigre, liebre, jabalí, perro... Dejó caer sus hombros hacia adelante y dobló sus rodillas hasta que estas tocaron el suelo. Con un rápido movimiento y mirando hacia adelante posó ambas palmas en la hierba y la tierra comenzó a retorcerse frente a él.
-Doton: Doryūheki -Exclamó apático a pesar de lo crítico de la situación.
La tierra que se había quebrado y retorcido comenzó a prensarse y a formar una gruesa pared pétrea que se levantó ante sus ojos entre crujidos y potentes ruidos. La esfera se acercaba rápidamente. El genin no pudo ver donde estaba su compañera, estaba bastante concentrado en usar su chakra para formar aquella defensa que esperaba que fuese suficiente, aunque en aquel momento no se lo cuestionaba, solo lo deseaba. La explosión que vino fue quizás la mas violenta que el pelinegro hubiera vivido nunca. La gruesa roca se quebró ante él y la onda expansiva consiguió arrastrarle con la espalda pegada al suelo un metro más o menos. Ren no había tenido tanta suerte. Su idea de tumbarse en el suelo habría servido quizás para paliar un poco los efectos de la onda expansiva pero en ningún caso se había librado, más bien le había dado de lleno, no obstante, quizás por un golpe de suerte, su bokken quedó a escasos centímetros de ella.
No pensó demasiado, solo se levantó jadeante mientras se encaminaba hacia su posición. no estaba seguro de si se podría levantar o de si estaría bien, pero de lo que si estaba seguro es de que no podía protegerla ahora, estaba cansado y necesitaba que se levantase para continuar la pelea. Observó como aquella bestia se acercaba a ellos con gesto ansioso, no parecía que se lo fuese a poner tan fácil...
-Doton: Doryūheki -Exclamó apático a pesar de lo crítico de la situación.
La tierra que se había quebrado y retorcido comenzó a prensarse y a formar una gruesa pared pétrea que se levantó ante sus ojos entre crujidos y potentes ruidos. La esfera se acercaba rápidamente. El genin no pudo ver donde estaba su compañera, estaba bastante concentrado en usar su chakra para formar aquella defensa que esperaba que fuese suficiente, aunque en aquel momento no se lo cuestionaba, solo lo deseaba. La explosión que vino fue quizás la mas violenta que el pelinegro hubiera vivido nunca. La gruesa roca se quebró ante él y la onda expansiva consiguió arrastrarle con la espalda pegada al suelo un metro más o menos. Ren no había tenido tanta suerte. Su idea de tumbarse en el suelo habría servido quizás para paliar un poco los efectos de la onda expansiva pero en ningún caso se había librado, más bien le había dado de lleno, no obstante, quizás por un golpe de suerte, su bokken quedó a escasos centímetros de ella.
No pensó demasiado, solo se levantó jadeante mientras se encaminaba hacia su posición. no estaba seguro de si se podría levantar o de si estaría bien, pero de lo que si estaba seguro es de que no podía protegerla ahora, estaba cansado y necesitaba que se levantase para continuar la pelea. Observó como aquella bestia se acercaba a ellos con gesto ansioso, no parecía que se lo fuese a poner tan fácil...