15/03/2020, 14:10
Mientras su pupila se quejaba de lo mismo que pensaba ella, sus ojos viajaron de nuevo hasta el banco mencionado, con algo de recelo. A lo mejor su padre les había pedido ir allí para conocer a sus futuras mujeres, pues, que ella supiera, las familias adineradas todavía concertaban matrimonios para asegurar el bienestar de sus hijos, pero no quiso entrar más en detalles.
Hana tomó un emparedado dulce y ella se recostó ligeramente sobre el banco. Todo se atenuó y, con un silbido, la pólvora empezó.
Normalmente los fuegos artificiales consistían en una serie de explosiones pirotécnicas en el cielo de color blanco y rojo, terminando siempre con el emblema de Uzushiogakure brillando en lo más alto. A Eri siempre le había llamado la atención como lo replicaban de la misma manera cada año, y le parecía maravilloso.
Siempre deseaba poder verlo el año siguiente.
Hana tomó un emparedado dulce y ella se recostó ligeramente sobre el banco. Todo se atenuó y, con un silbido, la pólvora empezó.
Normalmente los fuegos artificiales consistían en una serie de explosiones pirotécnicas en el cielo de color blanco y rojo, terminando siempre con el emblema de Uzushiogakure brillando en lo más alto. A Eri siempre le había llamado la atención como lo replicaban de la misma manera cada año, y le parecía maravilloso.
Siempre deseaba poder verlo el año siguiente.