17/03/2020, 03:08
—¿Todo bien? Parece que ninguno de los dos duerme bien... —Se preocupó el amejin.
—Si... —Respondió vagamente, aún estaba algo afectado. —No ha sido nada de lo que preocuparse, únicamente un mal sueño. —Intentó tranquilizar a su compañero con una sonrisa lo más real que pudo, no quería preocuparle en estos momentos.
—Quizás deberíamos tomarnos algo en la taberna... ¿No cree, Señor Tachibana-senpai? —Le preguntó el pálido genin siguiendo el papel que se habían asignado, buscando aparentar naturalidad cerca de los guardias.
—Si, sería una buena idea. —Suspiró profundamente. —Sienta bien volver a casa...
Y cuando acabó la frase vio como dos guardias se acercaron al genin de la Lluvia y comenzaron a cachearle, esto estaba claro que iba a pasar, pero si descubrían su portaobjetos con su bandana dentro ya se iba a saber quienes eran. De por sí no habría ningún problema en que dos shinobis fuera de servicio visitaran la ciudad, pero si iban a querer investigar ciertos asuntos lo mejor era no dar demasiado la nota... E iban por mal camino.
Por suerte antes de dar con el portaobjetos de Kisame un evento inesperado distrajo a los guardias, un hombre salió corriendo de la ciudad, o al menos lo intentó, porque los guardias que estaban con el del País de la Tormenta sacaron sus armas y le impidieron el paso.
—No te vamos a quitar el ojo de encima, extranjero... —Se dirigió a su compañero uno de los guardias.
—Disculpe las molestias, viene conmigo. —Takumi salió en su defensa, apoyándole la mano en el hombro y con la otra descubriéndose la cara al retirarse primero el pañuelo y luego el sandogasa. —Es un acompañante contratado para ayudarme en mis viajes y no aburrirme, no tiene por qué preocuparse de nada sadiq. —Intentó calmar la situación.
»¿Y tu quien eres y por qué corres? Sabes perfectamente que darse a la fuga es un delito. —Se dirigió al prófugo. «Siento la que te va a caer encima... Pero nos estás ayudando de sobremanera.»
—Si... —Respondió vagamente, aún estaba algo afectado. —No ha sido nada de lo que preocuparse, únicamente un mal sueño. —Intentó tranquilizar a su compañero con una sonrisa lo más real que pudo, no quería preocuparle en estos momentos.
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—Quizás deberíamos tomarnos algo en la taberna... ¿No cree, Señor Tachibana-senpai? —Le preguntó el pálido genin siguiendo el papel que se habían asignado, buscando aparentar naturalidad cerca de los guardias.
—Si, sería una buena idea. —Suspiró profundamente. —Sienta bien volver a casa...
Y cuando acabó la frase vio como dos guardias se acercaron al genin de la Lluvia y comenzaron a cachearle, esto estaba claro que iba a pasar, pero si descubrían su portaobjetos con su bandana dentro ya se iba a saber quienes eran. De por sí no habría ningún problema en que dos shinobis fuera de servicio visitaran la ciudad, pero si iban a querer investigar ciertos asuntos lo mejor era no dar demasiado la nota... E iban por mal camino.
Por suerte antes de dar con el portaobjetos de Kisame un evento inesperado distrajo a los guardias, un hombre salió corriendo de la ciudad, o al menos lo intentó, porque los guardias que estaban con el del País de la Tormenta sacaron sus armas y le impidieron el paso.
—No te vamos a quitar el ojo de encima, extranjero... —Se dirigió a su compañero uno de los guardias.
—Disculpe las molestias, viene conmigo. —Takumi salió en su defensa, apoyándole la mano en el hombro y con la otra descubriéndose la cara al retirarse primero el pañuelo y luego el sandogasa. —Es un acompañante contratado para ayudarme en mis viajes y no aburrirme, no tiene por qué preocuparse de nada sadiq. —Intentó calmar la situación.
»¿Y tu quien eres y por qué corres? Sabes perfectamente que darse a la fuga es un delito. —Se dirigió al prófugo. «Siento la que te va a caer encima... Pero nos estás ayudando de sobremanera.»
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