18/03/2020, 17:00
(Última modificación: 18/03/2020, 17:00 por Inuzuka Etsu.)
El larguilucho cayó en seco al suelo junto al shinobi, apresado por su ruda fuerza. Entre el aliento y el olor que desprendía Etsu, así como su intento de besuquear al tipo, poco tiempo le faltó por gritar que se alejase. Fue por lana, y salió esquilado.
Para su sorpresa, el que parecía ser el jefe se acercó hasta ellos, manteniendo aún una distancia prudente con respecto al Inuzuka. Y sin venir a cuento, propuso que él si quería tomar un poco, preguntándole si le compartía. El chico soltó a su actual presa, y miró al cabecilla. Sonrió, y se levantó a duras penas.
—¡¡R-rclaaaRRO!! —contestó eufórico.
Asestó un primer paso, y alzó la botella al cielo. Luego intentó dar un segundo paso, uno inzquierdo, y un tanto menos decidido.Tanto fue así, que hasta se desvió de trayectoria y quedó cruzando hacia su diestra. Rápidamente corrigió el fallo, dando un par de pasillos mas hacia su diestra, con tal de equilibrarse, o algo parecido.
«Lo siento mucho... de verdad...»
El rastas se encorvó un poco hacia delante, y su gesto parecía intentar descifrar el rostro del jefe. De pronto, respingó un poco, como asombrado ante el descubrimiento.
—¡O-oooYIEEE! ¿n-no SEráh l-la BOFIA? ¿nNUUUoo? —preguntó en lo que su ceja se alzaba hasta lo más alto.
Pero lejos de dejarle responder, salió corriendo hacia él como alma que lleva el diablo, y saltó hacia éste en lo que dejaba caer todo su peso hacia detrás. El resultado sería que plantaría ambas suelas de las botas en la espalda o pecho del jefe, en una doble patada que de una forma u otra, terminaría con al menos uno en el suelo. Etsu sin lugar a dudas caería al suelo, eso sí, con la botella alzada en pos de que no se rompiese.
Para su sorpresa, el que parecía ser el jefe se acercó hasta ellos, manteniendo aún una distancia prudente con respecto al Inuzuka. Y sin venir a cuento, propuso que él si quería tomar un poco, preguntándole si le compartía. El chico soltó a su actual presa, y miró al cabecilla. Sonrió, y se levantó a duras penas.
—¡¡R-rclaaaRRO!! —contestó eufórico.
Asestó un primer paso, y alzó la botella al cielo. Luego intentó dar un segundo paso, uno inzquierdo, y un tanto menos decidido.Tanto fue así, que hasta se desvió de trayectoria y quedó cruzando hacia su diestra. Rápidamente corrigió el fallo, dando un par de pasillos mas hacia su diestra, con tal de equilibrarse, o algo parecido.
«Lo siento mucho... de verdad...»
El rastas se encorvó un poco hacia delante, y su gesto parecía intentar descifrar el rostro del jefe. De pronto, respingó un poco, como asombrado ante el descubrimiento.
—¡O-oooYIEEE! ¿n-no SEráh l-la BOFIA? ¿nNUUUoo? —preguntó en lo que su ceja se alzaba hasta lo más alto.
Pero lejos de dejarle responder, salió corriendo hacia él como alma que lleva el diablo, y saltó hacia éste en lo que dejaba caer todo su peso hacia detrás. El resultado sería que plantaría ambas suelas de las botas en la espalda o pecho del jefe, en una doble patada que de una forma u otra, terminaría con al menos uno en el suelo. Etsu sin lugar a dudas caería al suelo, eso sí, con la botella alzada en pos de que no se rompiese.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~