19/03/2020, 05:04
Los hombres escucharon con atención; el conductor con la mirada seria y firme en el camino y su acompañante con la suya puesta en la muchacha. Se tomaron unos segundos para responder, intercambiaron miradas casi que pasándose los pensamientos de cada uno sin mediar palabra.
— Conocemos a Asuko, conocemos al barba, sabemos de los problemas en los que andan envueltos. Si sobrepasó la discresión contigo y tu compañero para contarles del tema entiendo que eres de confiar, no se dejaría ayudar por cualquiera dado los tiempo que corren. Será una leve desviación realmente pero no sería mucho problema llevarte hasta Gero. Eso sí, una vez que toman carrera estos muchachos no se paran, andamos con unos horarios un tanto apretados. Lo lamento por tu compañero pero tendrá que buscar su forma de llegar a Gero, ya demasiado milagro que pudieras tú sola alcanzarnos.
— ¿Más rápida que estas líneas de caballos? Un logro digno de mención.
— Hiromasa— señalo al conductor que saludo con un leve gesto de la cabeza— Fudo.
Se terminó por señalar a si mismo antes de recostarse en su asiento y acomodarse para lo que sería un largo viaje. En la tranquilidad de su asiento las figuras de aquellos hombres eran más claras, a la vez que sus voces. Ambos de voz ligeramente grave, típicas de un hombre con unos cuantos años ya en su historial, y flacos. Pelo negro, corto, ojos del mismo color y unos atuendos poco elegantes. Narigones, ojos saltones, orejas chicas. Si no fuera por la actitud que emanaban y los colores de la ropa poco se podría hacer para diferenciarlos a ambos.
— Un placer, Sagiso Ranko.
— Conocemos a Asuko, conocemos al barba, sabemos de los problemas en los que andan envueltos. Si sobrepasó la discresión contigo y tu compañero para contarles del tema entiendo que eres de confiar, no se dejaría ayudar por cualquiera dado los tiempo que corren. Será una leve desviación realmente pero no sería mucho problema llevarte hasta Gero. Eso sí, una vez que toman carrera estos muchachos no se paran, andamos con unos horarios un tanto apretados. Lo lamento por tu compañero pero tendrá que buscar su forma de llegar a Gero, ya demasiado milagro que pudieras tú sola alcanzarnos.
— ¿Más rápida que estas líneas de caballos? Un logro digno de mención.
— Hiromasa— señalo al conductor que saludo con un leve gesto de la cabeza— Fudo.
Se terminó por señalar a si mismo antes de recostarse en su asiento y acomodarse para lo que sería un largo viaje. En la tranquilidad de su asiento las figuras de aquellos hombres eran más claras, a la vez que sus voces. Ambos de voz ligeramente grave, típicas de un hombre con unos cuantos años ya en su historial, y flacos. Pelo negro, corto, ojos del mismo color y unos atuendos poco elegantes. Narigones, ojos saltones, orejas chicas. Si no fuera por la actitud que emanaban y los colores de la ropa poco se podría hacer para diferenciarlos a ambos.
— Un placer, Sagiso Ranko.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘ Telepatía ◘