20/03/2020, 15:59
Y por fin apareció Saki, vestía unas mallas estándar de ninja y cargaba con su único brazo la caja que el día anterior habían ayudado a recuperar los dos genin. «Para tener un solo brazo y tener una avanzada edad que pueda cargar con esa caja es excepcional...» Al del Remolino también le sorprendió que viniera con un atuendo de entrenamiento, ¿qué tendría planeado hacer?
—Buenos días, jóvenes ninjas. Que agradable mañana tenemos.
Y la otrora kunoichi comenzó a realizar una serie de estiramientos y para más inri al finalizarlos una sus empleados comenzarom a amontonarse en la galería del jardín, parecían expectantes. «¿Qué narices va a pasar aquí? No estoy entendiendo nada...»
—Bien, lamentos haberles hecho esperar —Dijo mientras se introducía en el jardín.
La marionetista se colocó a tres metros de los jóvenes, dejó caer la caja que portaba al suelo fangoso, salpicando levemente, y salió del recipiente una marioneta. No parecía algo muy complejo, una marioneta básica, pequeña y tampoco se veía asomar un artefacto o similar; el kazejin no entendía muy bien funcionalidad de esa marioneta. Hasta que Kamahora activó la marioneta con sus finos hilos de chakra, el artilugio comenzó a plegarse y transformarse hasta formar una especie de brazo mecánico y conectarse en su muñón.
—¡Eso sí que es algo interesante! —Exclamó el kusajin.
—Eso... eso es... ¡Impresionante! —El moreno estaba con la boca desencajada y los ojos abiertos como platos, era un artefacto que le rompía la cabeza.
—Parece que funciona bien —Dijo estirando el brazo y apuntando hacia los dos genin. —¡Ahora, peguémonos!
—¡¿Que?!
—Espera... ¡¿CÓMOOOOO!?
El genin de Uzushio no tardó nada en retroceder hasta quedar a unos ocho metros y procedió a sacar dos kunai de su portaobjetos y conectarlos con unos hilos de chakra.
—¿No estará hablando en serio no? Usted es una leyenda viva y nosotros dos genin nada más, no vamos a ser capaces de hacerle frente. —Dijo mientras colocaba sus kunai frente a el, en pose de combate.
—Buenos días, jóvenes ninjas. Que agradable mañana tenemos.
Y la otrora kunoichi comenzó a realizar una serie de estiramientos y para más inri al finalizarlos una sus empleados comenzarom a amontonarse en la galería del jardín, parecían expectantes. «¿Qué narices va a pasar aquí? No estoy entendiendo nada...»
—Bien, lamentos haberles hecho esperar —Dijo mientras se introducía en el jardín.
La marionetista se colocó a tres metros de los jóvenes, dejó caer la caja que portaba al suelo fangoso, salpicando levemente, y salió del recipiente una marioneta. No parecía algo muy complejo, una marioneta básica, pequeña y tampoco se veía asomar un artefacto o similar; el kazejin no entendía muy bien funcionalidad de esa marioneta. Hasta que Kamahora activó la marioneta con sus finos hilos de chakra, el artilugio comenzó a plegarse y transformarse hasta formar una especie de brazo mecánico y conectarse en su muñón.
—¡Eso sí que es algo interesante! —Exclamó el kusajin.
—Eso... eso es... ¡Impresionante! —El moreno estaba con la boca desencajada y los ojos abiertos como platos, era un artefacto que le rompía la cabeza.
—Parece que funciona bien —Dijo estirando el brazo y apuntando hacia los dos genin. —¡Ahora, peguémonos!
—¡¿Que?!
—Espera... ¡¿CÓMOOOOO!?
El genin de Uzushio no tardó nada en retroceder hasta quedar a unos ocho metros y procedió a sacar dos kunai de su portaobjetos y conectarlos con unos hilos de chakra.
—¿No estará hablando en serio no? Usted es una leyenda viva y nosotros dos genin nada más, no vamos a ser capaces de hacerle frente. —Dijo mientras colocaba sus kunai frente a el, en pose de combate.