20/03/2020, 22:48
Se levantó con dificultad y miró a su compañera. Aquello había pasado, al menos por el momento. Caminó dando pequeños tumbos hasta que se acercó a ella y le puso una mano en el hombro, ayudándola a darse la vuelta para que no viese la escena. Sabía por la reacción que había tenido antes que aquellas situaciones no le gustaban. Parecía una chica bastante aprensiva, y aunque él mismo viese aquello como un fallo garrafal apra un ninja, seguramente tuviera sus razones. Si, el era tajante, pero siempre y cuando alguien en tu equipo pueda hacer lo que tú no, no debería de haber ningún problema, aunque como individuo seas relativamente incompetente por no ser capaz de finalizar tu trabajo.
-Ya está. No había opción a dejar que lamiera sus heridas y volviera... -Dijo mirándole fijamente, aunque no se encontrase sus ojos -Tenemos que informar al pastor y que él mismo se encargue de limpiar esto. Yo no podría y no estoy dispuesto a que tú lo hagas. Ya bastante hemos hecho... Además, tú necesitas atención médica inmediata, te has llevado la peor parte -Continuó, comenzando a caminar hacia adelante esperando que ella le siguiera -Creo que hemos tenido suerte, esa bestia podría haber hecho mucho más que esto, incluso tenía poder para asesinarnos a los dos. Amenokami nos ha brindado al menos un día mas de vida, siéntete feliz por ello. Por cierto, has estado fantástica -Terminó.
Quizás un halago como ese era algo tan poco común en él que no se repetiría jamás y quizás se saliese un poco de su modus operandi habitual, pero al menos había demostrado que era valiente cuando la situación lo requería, y a pesar de tener grandes problemas como shinobi, aquello había hecho que se ganase el respeto que había perdido al mostrarse tan pasiva en combate. No todos nacen aprendidos y quizás ella tuviese que trabajar algunos aspectos sobre su frialdad ante determinadas situaciones, pero tenía un buen corazón, y esa era la principal virtud que Kisame valoraba sobre cualquier otra. Todo lo demás se podía solucionar con entrenamiento y experiencia, pero las buenas intenciones son algo innato, o se tienen, o no se tienen.
-Ya está. No había opción a dejar que lamiera sus heridas y volviera... -Dijo mirándole fijamente, aunque no se encontrase sus ojos -Tenemos que informar al pastor y que él mismo se encargue de limpiar esto. Yo no podría y no estoy dispuesto a que tú lo hagas. Ya bastante hemos hecho... Además, tú necesitas atención médica inmediata, te has llevado la peor parte -Continuó, comenzando a caminar hacia adelante esperando que ella le siguiera -Creo que hemos tenido suerte, esa bestia podría haber hecho mucho más que esto, incluso tenía poder para asesinarnos a los dos. Amenokami nos ha brindado al menos un día mas de vida, siéntete feliz por ello. Por cierto, has estado fantástica -Terminó.
Quizás un halago como ese era algo tan poco común en él que no se repetiría jamás y quizás se saliese un poco de su modus operandi habitual, pero al menos había demostrado que era valiente cuando la situación lo requería, y a pesar de tener grandes problemas como shinobi, aquello había hecho que se ganase el respeto que había perdido al mostrarse tan pasiva en combate. No todos nacen aprendidos y quizás ella tuviese que trabajar algunos aspectos sobre su frialdad ante determinadas situaciones, pero tenía un buen corazón, y esa era la principal virtud que Kisame valoraba sobre cualquier otra. Todo lo demás se podía solucionar con entrenamiento y experiencia, pero las buenas intenciones son algo innato, o se tienen, o no se tienen.