24/03/2020, 14:54
—Además de que es una mujer mayor —El kazejin ni se movió. —¿Qué pasara si se lastima?
—No te confíes Kazuma-kun, creo que quienes nos vamos a lastimar vamos a ser nosotr...
Y antes de poder terminar la frase Saki se acercó al peliblanco, mientras este agitaba las manos buscando la calma de la kunoichi, y le propió un puñetazo en la zona abdominal con el brazo mecánico que lo dejó de rodillas. «Ahora entiendo lo de desayunar ligero...» Ante esta situación el kazejin retrocedió unos pasos hacia atrás, buscando una distancia de seguridad; normalmente un marionetista pelearía a distancia, pero esta señora parece que con el artefacto que llevaba acoplado solo podía luchar a corta distancia y eso a Takumi le suponía una mínima ventaja.
—Cielos. —Susurró el genin de la Hierba, mientras se agarraba la barriga por el golpe que acababa de recibir.
Los trabajadores de la hacienda estallaron en gritos de júbilo, ahora se podía ver que estaban esperando a tener un buen espectáculo, como si de un combate del Torneo de los Dojos privado se tratara.
—Pareces un chico prudente, pero necesitas aprender a leer el ambiente y comprender cuando la diplomacia no es una opción... Además, este no un combate a muerte, es solo un ejercicio para probar una herramienta; aunque si me gustaría que se lo tomasen con seriedad.
—Si eso es lo que desea pondré todas mis fuerzas en probar su accesorio con este combate. —Afirmó el genin del Remolino mientras posicionaba sus kunais sujetos con los hilos de chakra apuntando hacia su contrincante.
Y sin esperar a que el de Kusa se recuperara la artista se lanzó con unos saltos hacia el de Uzu, parecía que buscaba acertar un puñetazo igual que el que recibió su compañero; pero Takumi según la vio acercarse dirigió sus dos kunais hacia ella, guiándolos en una ligera parábola buscando que cuando fueran a impactar en ella recibiera un kunai por cada lado y se le hiciera más difícil defenderse de los dos a la vez.
—No te confíes Kazuma-kun, creo que quienes nos vamos a lastimar vamos a ser nosotr...
Y antes de poder terminar la frase Saki se acercó al peliblanco, mientras este agitaba las manos buscando la calma de la kunoichi, y le propió un puñetazo en la zona abdominal con el brazo mecánico que lo dejó de rodillas. «Ahora entiendo lo de desayunar ligero...» Ante esta situación el kazejin retrocedió unos pasos hacia atrás, buscando una distancia de seguridad; normalmente un marionetista pelearía a distancia, pero esta señora parece que con el artefacto que llevaba acoplado solo podía luchar a corta distancia y eso a Takumi le suponía una mínima ventaja.
—Cielos. —Susurró el genin de la Hierba, mientras se agarraba la barriga por el golpe que acababa de recibir.
Los trabajadores de la hacienda estallaron en gritos de júbilo, ahora se podía ver que estaban esperando a tener un buen espectáculo, como si de un combate del Torneo de los Dojos privado se tratara.
—Pareces un chico prudente, pero necesitas aprender a leer el ambiente y comprender cuando la diplomacia no es una opción... Además, este no un combate a muerte, es solo un ejercicio para probar una herramienta; aunque si me gustaría que se lo tomasen con seriedad.
—Si eso es lo que desea pondré todas mis fuerzas en probar su accesorio con este combate. —Afirmó el genin del Remolino mientras posicionaba sus kunais sujetos con los hilos de chakra apuntando hacia su contrincante.
Y sin esperar a que el de Kusa se recuperara la artista se lanzó con unos saltos hacia el de Uzu, parecía que buscaba acertar un puñetazo igual que el que recibió su compañero; pero Takumi según la vio acercarse dirigió sus dos kunais hacia ella, guiándolos en una ligera parábola buscando que cuando fueran a impactar en ella recibiera un kunai por cada lado y se le hiciera más difícil defenderse de los dos a la vez.