26/03/2020, 18:16
El extraño sujeto del rostro deformado mantenía una sonrisa calmada que resultaba bastante disonante considerando todo el desastre que había acaecido allá afuera. El sujeto se detuvo a observar las bandanas de los muchachos en lo que estos, claramente confundidos exigían respuestas al solitario y misterioso sujeto.
—Oh, ya veo ya veo. Son shinobi de Kusagakure, pero si no saben realmente que ha ocurrido acá he de intuir en que han llegado hasta aquí por casualidad y no porque halla sido una orden oficial... Ya veo, ya veo — El hombre se acercó calmado hasta ambos genin y observó a Daigo.
El ojo expuesto del sujeto se movía de forma inquietante, o más bien, analítica.
—Oh, el veneno de la entrada. Pues para un civil podría haberlo sido, pero tú que eres shinobi lo has tolerado bien. ¡Qué digo! No sé como demonios estás aquí parado, deberías estarte retorciendo como una lombriz tras levantar la piedra en la que se escondía, pero aquí estás hablando conmigo — Explicó alegre. Sin embargo, de pronto el Inuzuka fue quién decidió lanzar una una pregunta al misterioso hombre. —¿Otro superviviente? Vaya, viendo las fuerzas del demonio las probabilidades de que eso sucediese eran de menos del cero como cinco por ciento, pero ha ocurrido — Se llevó los dedos al mentón. —¿Y este sitio? Mi sótano reforzado donde realizaba mis investigaciones. En realidad estaba planeado para evitar que gente sin escrúpulos intentara usar mis experimentos para el mal pero por una casualidad me permitió sobrevivir al incidente que ocurrió. Solía haber un pequeño asentamiento aquí, no más de unas seis casas, pero sin quererlo esto terminó siendo el único búnker capaz de quedar medianamente intacto — Se llevó los brazos tras la espalda y empezó a caminar.
—Sobre el cómo sucedió, no tengo muchos detalles. Ha aparecido algo a lo que según la nomenclatura popular he decidido llamar demonio para que sea fácil familiarizarse con él. Era una criatura con la cara de chacal, pero su cuello era extremadamente largo y movible como el de una serpiente, mientras que la cola era fuerte y gruesa cómo la de un caimán. Sus patas traseras eran cómo de chacal también, pero las delanteras tenían garras largas y móviles de un animal que no sé identificar, pero tenía pulgares y podía moverlas... Simplemente apareció y masacró a cuanto pudo. Intenté llamar su atención y luego me escondí aquí. La escuché alejarse, pero al tiempo escuché un tremendo estallido que me ha dejado con los oídos zumbando... Por el temblor ocasionado y la fuerza del sonido, no necesito salir afuera para imaginar que básicamente no ha quedado nada allá arriba.
—Oh, ya veo ya veo. Son shinobi de Kusagakure, pero si no saben realmente que ha ocurrido acá he de intuir en que han llegado hasta aquí por casualidad y no porque halla sido una orden oficial... Ya veo, ya veo — El hombre se acercó calmado hasta ambos genin y observó a Daigo.
El ojo expuesto del sujeto se movía de forma inquietante, o más bien, analítica.
—Oh, el veneno de la entrada. Pues para un civil podría haberlo sido, pero tú que eres shinobi lo has tolerado bien. ¡Qué digo! No sé como demonios estás aquí parado, deberías estarte retorciendo como una lombriz tras levantar la piedra en la que se escondía, pero aquí estás hablando conmigo — Explicó alegre. Sin embargo, de pronto el Inuzuka fue quién decidió lanzar una una pregunta al misterioso hombre. —¿Otro superviviente? Vaya, viendo las fuerzas del demonio las probabilidades de que eso sucediese eran de menos del cero como cinco por ciento, pero ha ocurrido — Se llevó los dedos al mentón. —¿Y este sitio? Mi sótano reforzado donde realizaba mis investigaciones. En realidad estaba planeado para evitar que gente sin escrúpulos intentara usar mis experimentos para el mal pero por una casualidad me permitió sobrevivir al incidente que ocurrió. Solía haber un pequeño asentamiento aquí, no más de unas seis casas, pero sin quererlo esto terminó siendo el único búnker capaz de quedar medianamente intacto — Se llevó los brazos tras la espalda y empezó a caminar.
—Sobre el cómo sucedió, no tengo muchos detalles. Ha aparecido algo a lo que según la nomenclatura popular he decidido llamar demonio para que sea fácil familiarizarse con él. Era una criatura con la cara de chacal, pero su cuello era extremadamente largo y movible como el de una serpiente, mientras que la cola era fuerte y gruesa cómo la de un caimán. Sus patas traseras eran cómo de chacal también, pero las delanteras tenían garras largas y móviles de un animal que no sé identificar, pero tenía pulgares y podía moverlas... Simplemente apareció y masacró a cuanto pudo. Intenté llamar su atención y luego me escondí aquí. La escuché alejarse, pero al tiempo escuché un tremendo estallido que me ha dejado con los oídos zumbando... Por el temblor ocasionado y la fuerza del sonido, no necesito salir afuera para imaginar que básicamente no ha quedado nada allá arriba.