26/03/2020, 19:40
—¿V-ves, Hana-san? No pasa nada e-extraordinario. Ta-tal vez es solo… Solamente a-alguien que decidió alejarse de la sociedad. Y-y a quien le gusta lavar bien su ropa. Daigo-san está a salvo. Y nosotras también. A-ahora solo queda salir de aquí…
Hana recordó con otro escalofrío las manos heladas del chico, añadiendolo mentalmente a la lista que acababa de improvisar Ranko sobre las rarezas del desconocido. Sin embargo, no lo mencionó porque prefería dejarlo atrás, darle la razón a la kunoichi y salir de allí antes que ponerse a debatir.
— Sí, seguramente lo hayamos exagerado un poquito. Pero no tendremos que preocuparnos de eso cuando ya estemos de vuelta en un camino, lejos de la espesura del bosque.
Así también se convencía a sí misma de que no pasaba nada. Encaró a Ranko de nuevo.
— Guíanos, Ranko-san. — le pidió con una sonrisa nerviosa.
Hana recordó con otro escalofrío las manos heladas del chico, añadiendolo mentalmente a la lista que acababa de improvisar Ranko sobre las rarezas del desconocido. Sin embargo, no lo mencionó porque prefería dejarlo atrás, darle la razón a la kunoichi y salir de allí antes que ponerse a debatir.
— Sí, seguramente lo hayamos exagerado un poquito. Pero no tendremos que preocuparnos de eso cuando ya estemos de vuelta en un camino, lejos de la espesura del bosque.
Así también se convencía a sí misma de que no pasaba nada. Encaró a Ranko de nuevo.
— Guíanos, Ranko-san. — le pidió con una sonrisa nerviosa.