29/03/2020, 15:41
Daruu no contestó, a ninguno de los dos. Se limitó a asentir con la misma emoción que un muerto en vida. Cuando ocurrían cosas así, una bola atenazaba a su garganta, se quedaba paralizado sin poder hacer nada. Incluso horas después de que ambos salieran de casa, él seguía acurrucado en la cama. Ya no leía su libro. Tampoco podía hacerlo.
A veces uno tenía que pasar un día de mierda. Era obligatorio, así estaba escrito en las reglas de la vida.
Pero pasaría.
Siempre pasa.
A veces uno tenía que pasar un día de mierda. Era obligatorio, así estaba escrito en las reglas de la vida.
Pero pasaría.
Siempre pasa.