30/03/2020, 12:06
Al parecer, la táctica de distracción funcionó mas o menos bien. Por lo general yo llevaba dos espadas y no acababa desarmado, pero ahora me había quedado desarmado.
Volviendo al combate, si, mi táctica había funcionado,. Aunque no era todo gracias a mi ingenio. Eri, sorprendida, había decidido saltar apoyándose sobre el mango de la naginata, que sustituyó a su cuerpo para recibir mi patada, lo cual, desestabilizó a la chica, que acabo en el suelo.
Eso seguramente se debia a la inexperiencia de la muchacha con él arma. Y esa fue la clave de que mi golpe funcionara. Si aquello se hubiese ejecutado de forma correcta, mi estrategia no hubiera servido de nada. Pero seguro que, en parte, lanzarle la espada la había puesto nerviosa, y había ayudado a ese error.
El problema ahora era el siguiente. Yo estaba desarmado, y Eri, que se había recuperado, arremetía contra mi con un arma cuyo alcance era bastante amplió.
Yo no era partidario de esquivar las cosas saltando, en el aire sueles quedarte muy expuesto a los ataques del enemigo, a no ser que tengas alguna técnica u objeto que permita movilidad en el aire.
Sin embargo, y dado que aquello era un pequeño entrenamiento, me propuse probar algunas cosas, aunque el arma de Eri fuese peligrosa. Así pues, salte hacia arriba para esquivar el golpe de la pelirroja, y quise caer sobre el mango del arma para quedar allí de pié.
Sin embargo pasaron dos cosas. La primera, yo no era un hábil acróbata, ni lo suficiente ágil, ni lo suficiente diestro. Lo segundo, podría haber acumulado chakra en los pies para quedar pegado como si de una pared se tratase, pero se me olvidó.
El resultado fue pues, que caí de culo en el suelo a un lado, resbalandome al poner el primer pie sobre el mango del arma. Desastroso.
—Vaya... Eso ha salido bastante mal...
Volviendo al combate, si, mi táctica había funcionado,. Aunque no era todo gracias a mi ingenio. Eri, sorprendida, había decidido saltar apoyándose sobre el mango de la naginata, que sustituyó a su cuerpo para recibir mi patada, lo cual, desestabilizó a la chica, que acabo en el suelo.
Eso seguramente se debia a la inexperiencia de la muchacha con él arma. Y esa fue la clave de que mi golpe funcionara. Si aquello se hubiese ejecutado de forma correcta, mi estrategia no hubiera servido de nada. Pero seguro que, en parte, lanzarle la espada la había puesto nerviosa, y había ayudado a ese error.
El problema ahora era el siguiente. Yo estaba desarmado, y Eri, que se había recuperado, arremetía contra mi con un arma cuyo alcance era bastante amplió.
Yo no era partidario de esquivar las cosas saltando, en el aire sueles quedarte muy expuesto a los ataques del enemigo, a no ser que tengas alguna técnica u objeto que permita movilidad en el aire.
Sin embargo, y dado que aquello era un pequeño entrenamiento, me propuse probar algunas cosas, aunque el arma de Eri fuese peligrosa. Así pues, salte hacia arriba para esquivar el golpe de la pelirroja, y quise caer sobre el mango del arma para quedar allí de pié.
Sin embargo pasaron dos cosas. La primera, yo no era un hábil acróbata, ni lo suficiente ágil, ni lo suficiente diestro. Lo segundo, podría haber acumulado chakra en los pies para quedar pegado como si de una pared se tratase, pero se me olvidó.
El resultado fue pues, que caí de culo en el suelo a un lado, resbalandome al poner el primer pie sobre el mango del arma. Desastroso.
—Vaya... Eso ha salido bastante mal...