30/03/2020, 14:54
La marionetista paró los kunais con su brazo mecánico, sin recibir daño alguno. «Tengo que pensar mejor dónde atacar si quiero darle algo de pelea.» Inmediatamente después de interceptar los filos agarró los hilos de chakra con su mano buena y los destruyó. «Mierda...»
—Debo admitir que el truco con los kunais fue interesante, pero no es una táctica de la que puedas abusar. —Replicó con sendos kunais en la mano.
El peliblanco se reincorporó e intentó conectar un corte que fue desviado sin mucha dificultad con el kunai por su contrincante. Entonces con un salto se retiró hacia atrás.
—Vamos, seguro pueden hacerlo mejor. Ahora pueden atacar juntos, así seguro que les va bien…, probablemente.
Saki tenía razón, tenían que compenetrarse bien para tener una mínima oportunidad siquiera, pero era complicado cuando hacía poco menos de un día que se conocían.
Takumi pues sacó de su portaobjetos un pergamino pequeño, lo abrió y salió su marioneta. «Suerte que se me ocurrió repararle los cortes de ayer antes de acostarme.» Ya con Mono fuera le conectó unos hilos de chakra, activando al artefacto de combate.
—Siento enfrentarme a usted con esta marioneta tan básica Saki-dono, pero es lo único que tengo por el momento. —Se intentó justificar, pues consideraba que era casi ofensivo sacar tan simple marioneta ante tal maestra de ese noble arte.
Ya con la marioneta simiesca activada completamente la elevó en el aire un par de metros y con una parábola la dirigió hacia la kunoichi, buscando atacarle en la zona de la cara. A ver si con suerte Kazuma podía intentar hostigarle por la zona baja.
—Debo admitir que el truco con los kunais fue interesante, pero no es una táctica de la que puedas abusar. —Replicó con sendos kunais en la mano.
El peliblanco se reincorporó e intentó conectar un corte que fue desviado sin mucha dificultad con el kunai por su contrincante. Entonces con un salto se retiró hacia atrás.
—Vamos, seguro pueden hacerlo mejor. Ahora pueden atacar juntos, así seguro que les va bien…, probablemente.
Saki tenía razón, tenían que compenetrarse bien para tener una mínima oportunidad siquiera, pero era complicado cuando hacía poco menos de un día que se conocían.
Takumi pues sacó de su portaobjetos un pergamino pequeño, lo abrió y salió su marioneta. «Suerte que se me ocurrió repararle los cortes de ayer antes de acostarme.» Ya con Mono fuera le conectó unos hilos de chakra, activando al artefacto de combate.
—Siento enfrentarme a usted con esta marioneta tan básica Saki-dono, pero es lo único que tengo por el momento. —Se intentó justificar, pues consideraba que era casi ofensivo sacar tan simple marioneta ante tal maestra de ese noble arte.
Ya con la marioneta simiesca activada completamente la elevó en el aire un par de metros y con una parábola la dirigió hacia la kunoichi, buscando atacarle en la zona de la cara. A ver si con suerte Kazuma podía intentar hostigarle por la zona baja.