1/04/2020, 14:32
—Esto... ¿qué les hacía pensar que ese chico no era real?
—S-sí, bueno… Justo a-antes de que llegara él, se-sentimos una… una brisa fría… Bueno, eso re-realmente no e-es razón… ¡P-pero apareció de la nada! Y-y… y sus ropas eran de-demasiado blancas… Bueno, creo eso ta-tampoco es razón… Ha-Hana-san estaba bastante nerviosa al respecto y-y… su-supongo que me dejé llevar…
Vio que Ranko se debatió consigo misma para al final tirarle toda la mierda encima a Hana, quien, obviamente, tuvo que defenderse.
— A ver, íbamos caminando tan tranquilas, de repente, desapareces sin avisar ni hacer un solo ruido y cuando volvemos a por ti, una mano helada me toca la nuca, al girarme hay un chico más pálido que un gato de escayola, con ropas de muerto y una sonrisa macabra. ¡Pues desapariciones y gente pálida es como empiezan todas las historias de miedo! Además de que hace frío, ¡en el frío pasan cosas malas! — se cruzó de brazos e infló los mofletes.
Del trío, parecía ser la única con sangre en las venas. Ranko estaba nerviosa pero no por los fantasmas o las desapariciones, sino más por socializar, había serenidad en el fondo de su tartamudeo. Daigo es que ni se había inmutado el desgraciado, igual era porque era él el que había desaparecido y desencadenado la locura o porque tenía una fortaleza mental sin igual. O tal vez era Hana que era susceptible a todas esas cosas, pero los otros dos parecían de otro mundo.
—S-sí, bueno… Justo a-antes de que llegara él, se-sentimos una… una brisa fría… Bueno, eso re-realmente no e-es razón… ¡P-pero apareció de la nada! Y-y… y sus ropas eran de-demasiado blancas… Bueno, creo eso ta-tampoco es razón… Ha-Hana-san estaba bastante nerviosa al respecto y-y… su-supongo que me dejé llevar…
Vio que Ranko se debatió consigo misma para al final tirarle toda la mierda encima a Hana, quien, obviamente, tuvo que defenderse.
— A ver, íbamos caminando tan tranquilas, de repente, desapareces sin avisar ni hacer un solo ruido y cuando volvemos a por ti, una mano helada me toca la nuca, al girarme hay un chico más pálido que un gato de escayola, con ropas de muerto y una sonrisa macabra. ¡Pues desapariciones y gente pálida es como empiezan todas las historias de miedo! Además de que hace frío, ¡en el frío pasan cosas malas! — se cruzó de brazos e infló los mofletes.
Del trío, parecía ser la única con sangre en las venas. Ranko estaba nerviosa pero no por los fantasmas o las desapariciones, sino más por socializar, había serenidad en el fondo de su tartamudeo. Daigo es que ni se había inmutado el desgraciado, igual era porque era él el que había desaparecido y desencadenado la locura o porque tenía una fortaleza mental sin igual. O tal vez era Hana que era susceptible a todas esas cosas, pero los otros dos parecían de otro mundo.