1/04/2020, 21:56
Confundida se alzó, apoyándose en sus propias rodillas y quejándose soltando un quejido al haberse quedado sin ideas. Si seguía jugando con el durante un buen rato, a lo mejor se acababa cansando y podía cogerle, o tal vez se encariñaba de ella y dejaba de verla como una amenaza. Avanzó lentamente hacia él, para intentar arrebatarle el palo con seguramente ningún resultado; si conseguía arrebatárselo, se lo mostraría agitándolo hacía los lados como si fuera una golosina para tentarlo, y después volver a lanzarlo, siguiéndole el juego.