1/04/2020, 22:12
Su contrincante no tardó en aparecer haciendo todo un espectáculo. La voz de alguien que conocía ya resonó por el estadio, inundando con sus notas los oídos de los asistentes al igual que los suyos propios, haciéndola que un pequeño escalofrío recorriera su espalda cuando por fin lo vislumbró: allí delante, como su contrincante, se encontraba King Rōga.
«No me lo esperaba para nada...»
Con su Doncella, el amejin ofreció a los espectadores todo un concierto, pero Eri, allí delante, parada en ese sitio, mirándole sin casi parpadear, esperó. Esperó a que tomase su sitio, a que acabase y comenzase aquel enfrentamiento.
Con aquel último grito, la canción llegó a su fin, pero no su determinación. El chico con el cabello tricolor levantó la mirada al cielo, a la par que su mano, justo en el lugar donde comenzaría a hablarla mientras bajaba la vista, justo en su dirección.
Y aunque una pantalla negra los separaba, los dos pares de ojos se encontraron. Y Rōga habló, habló sin ningún tapujo, donde su duelo prometido se saldaría, alegando que no se lo pondría nada fácil.
—NO PIENSO TENER CLEMENCIA.
Frunció sus cejas, y ella con él, pero supo que algo en su cuerpo se estremeció al escucharle. Tomó aire mientras tomaba una posición mucho más defensiva, soltándolo de golpe para tranquilizarse. Comenzó a acumular chakra en su cuerpo, y, de pronto, levantó la mano e hizo el sello de la confrontación.
—No espero menos, King Rōga —su voz no sonó tan convincente como la de su contrincante, pero lo intentó.
Y su cuerpo se cubrió de electricidad.
«No me lo esperaba para nada...»
Con su Doncella, el amejin ofreció a los espectadores todo un concierto, pero Eri, allí delante, parada en ese sitio, mirándole sin casi parpadear, esperó. Esperó a que tomase su sitio, a que acabase y comenzase aquel enfrentamiento.
Come tonight!
Come to the ogre sight!
Come to the OGRE-BATTLE-FIGHT!
Come to the ogre sight!
Come to the OGRE-BATTLE-FIGHT!
Con aquel último grito, la canción llegó a su fin, pero no su determinación. El chico con el cabello tricolor levantó la mirada al cielo, a la par que su mano, justo en el lugar donde comenzaría a hablarla mientras bajaba la vista, justo en su dirección.
Y aunque una pantalla negra los separaba, los dos pares de ojos se encontraron. Y Rōga habló, habló sin ningún tapujo, donde su duelo prometido se saldaría, alegando que no se lo pondría nada fácil.
—NO PIENSO TENER CLEMENCIA.
Frunció sus cejas, y ella con él, pero supo que algo en su cuerpo se estremeció al escucharle. Tomó aire mientras tomaba una posición mucho más defensiva, soltándolo de golpe para tranquilizarse. Comenzó a acumular chakra en su cuerpo, y, de pronto, levantó la mano e hizo el sello de la confrontación.
—No espero menos, King Rōga —su voz no sonó tan convincente como la de su contrincante, pero lo intentó.
Y su cuerpo se cubrió de electricidad.