2/04/2020, 20:42
Recordaba bien el último torneo. Recordaba cómo se había venido arriba por el calor del público. Recordaba su puño alzado, los besos que lanzaba al gentío. Su pequeño show. En el examen Chūnin, había ido paso un paso más allá. Pintarrajeándose para darle un tono más dramático. Para divertir a las masas.
No hoy. No aquel día. En aquel estadio, en aquel ring, su único objetivo era machacar. Arrasar con todo. Y mandar un mensaje alto y claro a Kintsugi. Irónicamente, y sin quererlo, quizá fuese así cuando más entretuviese a las masas. Porque iba a darles fuego, sangre y huesos rotos desde el primer suspiro.
«A la izquierda», le vio, mientras el carmesí inundaba sus iris y tres aspas rodeaban sus pupilas. Aquel chico tenía pinta de lento, pero había logrado evadir su ninjutsu y ahora se precipitaba hacia él con el puño por delante.
El Uchiha formó el sello de Serpiente y le recibió con su propio puño. Diestra contra diestra. Nudillos llenos de voluntad contra otros endurecidos por la más dura roca. Ambos buscando la mejilla del contrario.
Datsue no recibió el golpe con deportividad. Ni con filosofía. Lo hizo emitiendo un gruñido de rabia. Odiaba que le pegasen, y más odiaba que le pegasen en la cara. Su cuerpo salió hacia atrás por la fuerza del golpe, y sus pies se deslizaron dos metros por el suelo destrozado del ring antes de lograr afianzarse y recuperar la postura.
Notaba la mejilla hinchada y le dolía un huevo. Al abrir y cerrar la boca, sin embargo, no notó nada roto. Esperaba que su contrincante no pudiese decir lo mismo.
—¿Kusagakure? —preguntó, pese a que ya se lo había visto en la bandana. Pese a reconocerle de aquel día del examen Chūnin. Escupió a un lado un esputo sanguinolento tras masajearse la mandíbula—. Joder, y yo que pensaba que erais buenos con el Taijutsu. ¡Pegas como una mariposa!
No hoy. No aquel día. En aquel estadio, en aquel ring, su único objetivo era machacar. Arrasar con todo. Y mandar un mensaje alto y claro a Kintsugi. Irónicamente, y sin quererlo, quizá fuese así cuando más entretuviese a las masas. Porque iba a darles fuego, sangre y huesos rotos desde el primer suspiro.
«A la izquierda», le vio, mientras el carmesí inundaba sus iris y tres aspas rodeaban sus pupilas. Aquel chico tenía pinta de lento, pero había logrado evadir su ninjutsu y ahora se precipitaba hacia él con el puño por delante.
El Uchiha formó el sello de Serpiente y le recibió con su propio puño. Diestra contra diestra. Nudillos llenos de voluntad contra otros endurecidos por la más dura roca. Ambos buscando la mejilla del contrario.
¡¡¡BAAAANNNGGGG!!!
Datsue no recibió el golpe con deportividad. Ni con filosofía. Lo hizo emitiendo un gruñido de rabia. Odiaba que le pegasen, y más odiaba que le pegasen en la cara. Su cuerpo salió hacia atrás por la fuerza del golpe, y sus pies se deslizaron dos metros por el suelo destrozado del ring antes de lograr afianzarse y recuperar la postura.
Notaba la mejilla hinchada y le dolía un huevo. Al abrir y cerrar la boca, sin embargo, no notó nada roto. Esperaba que su contrincante no pudiese decir lo mismo.
—¿Kusagakure? —preguntó, pese a que ya se lo había visto en la bandana. Pese a reconocerle de aquel día del examen Chūnin. Escupió a un lado un esputo sanguinolento tras masajearse la mandíbula—. Joder, y yo que pensaba que erais buenos con el Taijutsu. ¡Pegas como una mariposa!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado