2/04/2020, 21:32
¡BAM! Ambos puñetazos chocaron contra el rostro del contrario, haciendo que salieran despedidos en direcciones opuestas. Datsue consiguió mantenerse de pie, deslizándose por la arena hasta que consiguió detenerse. Daigo, por otro lado...
«¿Por qué? ¿Por qué sigue de pie?»
Mientras el joven se intentaba levantar, cuatro metros más allá de donde habían impactado, un reguero de sangre y algún diente cayó al suelo sin que él pudiera detenerlo. Dolía. Dolía mucho y le daba miedo tocarse el pómulo, que estaba roto y ya se estaba empezando a hinchar.
«Ya lo sé, joder, ya sé que mis puños no son lo suficientemente fuertes» pensó, frustrado y sabiendo que era incapaz de responder de una forma que se le pudiera entender. «Mis piernas no son lo suficientemente rápidas y mi cuerpo resiste mucho menos que mi voluntad, ¡pero no es ahí donde está mi fuerza!».
La fuerza de dar el doscientos por ciento solo para ponerse al nivel de los demás. La fuerza de su espíritu, esa era la suya, pero ahora se enfrentaba a un rival que le exigía el mil por ciento para tener una oportunidad de ganar ¿Qué haría entonces?
Con la boca llena de sangre y un buen par de dientes menos, Daigo le sonrió Datsue, ignorando el dolor.
—No me pararás —dijo con lentitud, procurando que su falta de dientes no impidiera que el mensaje llegara a Datsue.
Se puso en guardia y llevó una mano a su portaobjetos, para llevarse su píldora de soldado básica a la boca.
—Tsk —qué difícil que era masticar
«¿Por qué? ¿Por qué sigue de pie?»
Mientras el joven se intentaba levantar, cuatro metros más allá de donde habían impactado, un reguero de sangre y algún diente cayó al suelo sin que él pudiera detenerlo. Dolía. Dolía mucho y le daba miedo tocarse el pómulo, que estaba roto y ya se estaba empezando a hinchar.
«Ya lo sé, joder, ya sé que mis puños no son lo suficientemente fuertes» pensó, frustrado y sabiendo que era incapaz de responder de una forma que se le pudiera entender. «Mis piernas no son lo suficientemente rápidas y mi cuerpo resiste mucho menos que mi voluntad, ¡pero no es ahí donde está mi fuerza!».
La fuerza de dar el doscientos por ciento solo para ponerse al nivel de los demás. La fuerza de su espíritu, esa era la suya, pero ahora se enfrentaba a un rival que le exigía el mil por ciento para tener una oportunidad de ganar ¿Qué haría entonces?
Con la boca llena de sangre y un buen par de dientes menos, Daigo le sonrió Datsue, ignorando el dolor.
—No me pararás —dijo con lentitud, procurando que su falta de dientes no impidiera que el mensaje llegara a Datsue.
Se puso en guardia y llevó una mano a su portaobjetos, para llevarse su píldora de soldado básica a la boca.
—Tsk —qué difícil que era masticar
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.