5/04/2020, 16:11
(Última modificación: 5/04/2020, 17:22 por King Roga. Editado 4 veces en total.
Razón: Horrores ortográficos.
)
Rōga no recordaba haber sufrido tanto dolor desde la vez que Kaido le dejó los brazos sin piel. Pero ahora tenía más entereza, aunque su cuerpo no había soportado del todo bien la descarga y estaba acalambrado. Eri ya había demostrado una gran resiliencia, por lo que ella ciertamente estaba menos afectada que él mismo.
Cayó sobre su culo y no se volvió a parar. Sus músculos apenas le daban para estar sentado de forma erguida y seguir sonriendo altanero como siempre lucía.
Ahora ella dedicaba la mirada desafiante y acechaba con paciencia. No, eso no iba a funcionar con el Lobo. Si algo había aprendido Rōga de sus derrotas, era a no desperdiciar oportunidades seguras. Y si algo había aprendido contra Ayame, era que la mejor manera de acorralar a alguien extremadamente perspicaz era convirtiendo su fortaleza en su peor debilidad.
Era su última carta suicida, una que desarrolló justamente en el combate con su compañera.
Sus manos fueron a su portaobjetos y tomó un objeto con cada una. Era su última movimiento para asegurar su victoria. Esperar iba a ser el último error de su oponente, porque no le iba a dar la pauta a reaccionar.
Sus manos se movieron de forma coordinada, la diestra se movió al aire y la zurda al suelo justo al lado de Rōga. La diestra lanzó una shuriken, pero justo cuando eso ocurrió el estridente sonido del chillido de una bomba sonora estallando contra el suelo invadiría un área de diez metros.
Si, a Rōga ya poco más le daba reventarse sus propios tímpanos a escasos centímetros de él si con eso anulaba cualquier reacción de Eri. Total, la shuriken ya estaba al vuelo y volaría recto a incrustarse en el abdomen de la kunoichi. Después de aquel derroche de técnicas potentes, era irrisorio terminar con una simple estrellita.
PV–
CK–
Daños causados: 12 PV Impacto Shuriken
Accciones Ocultas:
Cayó sobre su culo y no se volvió a parar. Sus músculos apenas le daban para estar sentado de forma erguida y seguir sonriendo altanero como siempre lucía.
Ahora ella dedicaba la mirada desafiante y acechaba con paciencia. No, eso no iba a funcionar con el Lobo. Si algo había aprendido Rōga de sus derrotas, era a no desperdiciar oportunidades seguras. Y si algo había aprendido contra Ayame, era que la mejor manera de acorralar a alguien extremadamente perspicaz era convirtiendo su fortaleza en su peor debilidad.
Era su última carta suicida, una que desarrolló justamente en el combate con su compañera.
Sus manos fueron a su portaobjetos y tomó un objeto con cada una. Era su última movimiento para asegurar su victoria. Esperar iba a ser el último error de su oponente, porque no le iba a dar la pauta a reaccionar.
Sus manos se movieron de forma coordinada, la diestra se movió al aire y la zurda al suelo justo al lado de Rōga. La diestra lanzó una shuriken, pero justo cuando eso ocurrió el estridente sonido del chillido de una bomba sonora estallando contra el suelo invadiría un área de diez metros.
Si, a Rōga ya poco más le daba reventarse sus propios tímpanos a escasos centímetros de él si con eso anulaba cualquier reacción de Eri. Total, la shuriken ya estaba al vuelo y volaría recto a incrustarse en el abdomen de la kunoichi. Después de aquel derroche de técnicas potentes, era irrisorio terminar con una simple estrellita.
Estado de Rōga
PV
82/225
CK
14/225
+10
–Daños causados: 12 PV Impacto Shuriken
Accciones Ocultas: