6/04/2020, 04:38
Rōga y Minamoto se encontraban en el comedor que ahora lucía reacondicionado luego del incidente del salvaje suitonazo de Iroha, teniendo pintar de nuevo las paredes y puliendo algunos muebles y electrodomésticos dañados por la humedad. Ambos estaban de pie frente al otro y los ojos del genin pasaban a toda velocidad por un escrito, aunque su cara no era de agrado precisamente.
—¿Heeeeeeh? ¿Por qué me metiste en algo como esto?— Arqueaba la ceja el Yotsuki mientras releía de arriba para abajo un pergamino de misión que claramente indicaba "D" de forma muy grande y clara.
El padre de familia, cruzado de brazos, suspiró.
—¿Cómo que algo como esto? Te recomendé por una buena razón, además que me he enterado que has estado evitando por mucho tiempo las misiones de Rango D. Si vas por ahí con la mentalidad de que algún día van a reconocer lo que vales y te va a caer la placa plateada del cielo estás muy equivocado. Hasta los trabajos pequeños tienen algo de mérito.
—Estás bastante motivado con este asunto pese a no ser ninja — El genin entrecerró los ojos.
—No soy ninja pero sí soy tu padre, y como padre mi deber es que triunfes en el camino que has elegido aunque yo no lo comparta — Asintió con la cabeza.
—¿No crees que te pasaste de melodramático con ese discurso?— Rodó los ojos, cerró el pergamino, lo lanzó al aire, tomó su chaqueta rápidamente de la silla de al lado y la colocó por sobre su espalda a gran velocidad justo antes de que el pergamino cayese de nuevo a su posición, atrapándolo con la mano contraria y guardándoselo en el portaobjetos.
—¿¡ME VAS A HABLAR A MÍ DE DRAMATISMO!?— Gritó tras aquella escenita. —Igual ya conoces a Yue, te facilitará las cosas.
—Bueno, supongo que algún día tenía que pasar y sirve para llenar curriculum. Safo, nos vemos — El genin se giró, levantó la mano para despedirse, tomó sus cosas y salió de su hogar.
Así, el genin se encaminó a la biblioteca bastante temprano. La primera impresión era importante con un compañero y no le gustaba que llegaran a tacharlo de irresponsable, por lo que prefería siempre tratar de llegar mucho más temprano para demostrar diligencia y compromiso.
La biblioteca de Amegakure no era tan distinta del resto de edificios, con sus paredes de concreto y vigas de metal. Destacaba quizá por su enorme fachada y algunos decorados sutiles en sus cornisas. Eso sí, un gran letrero rezaba "Cerrado al público hasta nuevo aviso", indicando que dentro las cosas no estaban tan bien como sus muros exteriores. El Yotsuki entonces procedió a recostarse a la par del marco del portón de entrada. Curioso, pero pese a que no la iba a necesitar, no podía despegarse de aquella mística arma mitad hacha mitad guitarra eléctrica que le distinguía, así que la había llevado de todas maneras.
El genin miraba la calle de enfrente, esperando al que sería su colega de misión, aunque ciertamente no estaba muy complacido de trabajar con otros genin que no fuesen sus colegas Myu o Zōzei. Tenía el ego muy subido y por lo mismo unos lineamientos muy estrictos para con quienes le rodeaban.