7/04/2020, 19:27
Pero Kintsugi se quedó sin el pequeño speech que una parte del subconsciente de Datsue llevaba gestando durante todo el combate. Se quedó sin saberlo porque, tras gritar su nombre, Daigo había interrumpido su caída. La había adelantado, más bien.
El Rasengan no impactó en el kusareño, pero permaneció en la mano de Datsue. Brillando, sin parar de emitir un peligroso chakra turquesa que daba vueltas sobre sí mismo.
Datsue siempre había sido bueno improvisando. Una parte de su mente ya estaba preparando un discurso alternativo para no quedar mal ante el público. Pero, la otra parte… La otra parte escuchó a Daigo. Él se equivocaba, claro. No era Datsue quien metía a Kintsugi en nada, sino su propia Morikage. La misma que se había empeñado en condenarle por un crimen no cometido. La misma que le había cerrado las fronteras. La misma que le había marcado como un peligro público. No obstante, aquel chico desprendía un carisma parecido al suyo. Menos picaresco, más tenaz. Sabía por su Sharingan que apenas le quedaba chakra, pero las manos de aquel chico se encerraron a pura fuerza de voluntad. Otra vez arriba. Otra vez en guardia.
Algo en aquello le conmovió. Decían que los ninjas más expertos eran capaces de ver las verdaderas intenciones de su oponente en medio del combate, y el Uchiha creía vislumbrar las de Daigo.
Tan solo asintió…
… y le concedió su deseo. Solo necesitó dos rápidas zancadas. Su brazo izquierdo adelantado, su mano derecha —la que portaba el Rasengan—, atrasado para coger impulso. Entonces se produjo la finta. El Uchiha había mantenido inmóvil el hombro izquierdo —pues eran los hombros donde todo luchador miraba para percibir el próximo puñetazo—, pero estiró el brazo de pronto para atrapar la chaqueta de Daigo. La aprisionó con la misma delicadeza que tendría una zarpa de oso, y fue ahí cuando estiró el brazo derecho. Rápido y certero. Con el codo tenso y la palma de la mano apuntando al pecho. Quería dejarle un regalito a Daigo. Quería que llevase a Uzu por siempre en el corazón.
De acertarle, Datsue aflojaría la zurda para no verse arrastrado por el cuerpo propulsado. Y le dejaría volar. Al infinito y más allá.
El Rasengan no impactó en el kusareño, pero permaneció en la mano de Datsue. Brillando, sin parar de emitir un peligroso chakra turquesa que daba vueltas sobre sí mismo.
Datsue siempre había sido bueno improvisando. Una parte de su mente ya estaba preparando un discurso alternativo para no quedar mal ante el público. Pero, la otra parte… La otra parte escuchó a Daigo. Él se equivocaba, claro. No era Datsue quien metía a Kintsugi en nada, sino su propia Morikage. La misma que se había empeñado en condenarle por un crimen no cometido. La misma que le había cerrado las fronteras. La misma que le había marcado como un peligro público. No obstante, aquel chico desprendía un carisma parecido al suyo. Menos picaresco, más tenaz. Sabía por su Sharingan que apenas le quedaba chakra, pero las manos de aquel chico se encerraron a pura fuerza de voluntad. Otra vez arriba. Otra vez en guardia.
Algo en aquello le conmovió. Decían que los ninjas más expertos eran capaces de ver las verdaderas intenciones de su oponente en medio del combate, y el Uchiha creía vislumbrar las de Daigo.
Tan solo asintió…
… y le concedió su deseo. Solo necesitó dos rápidas zancadas. Su brazo izquierdo adelantado, su mano derecha —la que portaba el Rasengan—, atrasado para coger impulso. Entonces se produjo la finta. El Uchiha había mantenido inmóvil el hombro izquierdo —pues eran los hombros donde todo luchador miraba para percibir el próximo puñetazo—, pero estiró el brazo de pronto para atrapar la chaqueta de Daigo. La aprisionó con la misma delicadeza que tendría una zarpa de oso, y fue ahí cuando estiró el brazo derecho. Rápido y certero. Con el codo tenso y la palma de la mano apuntando al pecho. Quería dejarle un regalito a Daigo. Quería que llevase a Uzu por siempre en el corazón.
De acertarle, Datsue aflojaría la zurda para no verse arrastrado por el cuerpo propulsado. Y le dejaría volar. Al infinito y más allá.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado