7/04/2020, 19:29
—Esa es la teoría si, pero no conozco lo que sucedió aquel día en profundidad. Puedo creer que Datsue lo hiciese por una buena causa, pero Akame... —dijo Reiji, sumándose a las personas de su misma aldea que no hablaban bien de las acciones del Uchiha.
«¿En qué momento pasas de ser un auténtico Profesional que sólo se preocupa de seguir órdenes a uno de los shinobi más odiados de Ōnindo?» No pudo evitar preguntarse Ayame, con un suspiro.
—¿Descartarías la posibilidad de que hubiesen revertido el sello y Chōmei sea quien se ha aliado con Kurama? —intervino Yuuna de repente—. Mi padre y Gyūki se negaron, pero puede que aunque Eikyuu-san estuviese en contra, Chōmei piense como Kurama...
—Disculpa que dudemos de tu hermano, kokuō, pero no solo nos ponemos en peligro nosotros, no quiero poner en riesgo a Gyūki. Por lo que se de Kurama, seguramente iría tras él si se enterase de que a vuelto a la vida.
Ayame se rascó la nuca, dubitativa. Kokuō, tras ella, volvía a hacer oscilar sus colas, en tensión.
—No sabemos cómo sucedió lo de Kenzou-dono —dijo Ayame—, pero... si le hubiesen revertido el sello de verdad se habrían dado cuenta de inmediato —intervino, sombría. Los recuerdos de aquel tiempo de confinamiento siempre eran un trago amargo como el veneno—. Habría cambiado su aspecto físico; y, por supuesto, su personalidad, su voz... Todo. Me es difícil imaginar que Juro... o Chōmei, consiguiera colarse dentro de Kusagakure en esa forma sin llamar la atención, la verdad. Pero poco más te podemos decir. Los shinobi de Kusagakure sabrán más que nosotras, pero no están los ánimos para conversaciones idílicas, la verdad...
«¿En qué momento pasas de ser un auténtico Profesional que sólo se preocupa de seguir órdenes a uno de los shinobi más odiados de Ōnindo?» No pudo evitar preguntarse Ayame, con un suspiro.
—¿Descartarías la posibilidad de que hubiesen revertido el sello y Chōmei sea quien se ha aliado con Kurama? —intervino Yuuna de repente—. Mi padre y Gyūki se negaron, pero puede que aunque Eikyuu-san estuviese en contra, Chōmei piense como Kurama...
—Disculpa que dudemos de tu hermano, kokuō, pero no solo nos ponemos en peligro nosotros, no quiero poner en riesgo a Gyūki. Por lo que se de Kurama, seguramente iría tras él si se enterase de que a vuelto a la vida.
Ayame se rascó la nuca, dubitativa. Kokuō, tras ella, volvía a hacer oscilar sus colas, en tensión.
—No sabemos cómo sucedió lo de Kenzou-dono —dijo Ayame—, pero... si le hubiesen revertido el sello de verdad se habrían dado cuenta de inmediato —intervino, sombría. Los recuerdos de aquel tiempo de confinamiento siempre eran un trago amargo como el veneno—. Habría cambiado su aspecto físico; y, por supuesto, su personalidad, su voz... Todo. Me es difícil imaginar que Juro... o Chōmei, consiguiera colarse dentro de Kusagakure en esa forma sin llamar la atención, la verdad. Pero poco más te podemos decir. Los shinobi de Kusagakure sabrán más que nosotras, pero no están los ánimos para conversaciones idílicas, la verdad...