9/04/2020, 14:38
Uchiha Datsue tomó varias bocanadas rápidas antes de intentar relajar su respiración. Aquel cabronazo le había llevado al límite, hasta casi la extenuación. Le vio salir despedido, cruzando diez metros en el aire y cayendo en el centro del ring.
El centro del ring…
Algo estaba mal. El instinto se lo dijo. Algo dentro de su cabecita pensaba: «el centro fue abierto en un enorme boquete por mi Doton, y luego rellenado por agua por mi Suiton». Y si Daigo caía inconsciente sobre él…
«Oh, mierda».
Pidió a su cuerpo un último esfuerzo mientras formaba el sello del Carnero a una mano y se aparecía sobre el improvisado lago. Se agachó y, con una mano, tomó de la capucha al kusareño, impidiendo que se hundiese, y lo arrastró hasta terreno firme. Allí le dejó, donde imaginó que rápidamente los enfermeros acudirían para atender sus heridas.
Pese a que había vencido, no se sentía victorioso. No sentía la euforia. Ni siquiera alegría. Quizá fue porque comprendió que, después de todo, la estaba pagando con un kusareño que no tenía culpa de nada. Así como los uzujines no habían tenido culpa de que un hijoputa llamado Zoku se hubiese hecho con el sombrero por unos días. Quizá porque comprendió que se había dejado llevar de nuevo por las emociones, y que a punto había estado de cagarla. De nuevo. O quizá, simplemente, porque había luchado con un estilo que no era el suyo. Porque se había dejado influenciar demasiado por Shukaku.
Seguramente era una mezcla de todas ellas.
No saludó a los Kages. No miró desafiante a Kintsugi. Ni se atrevió a mirar a Hanabi. Menos a Raito-sensei. Simplemente se fue, sin oír los vítores, ni los gritos. Sin devolver los aplausos. Simplemente, pensando…
Pensando que con aquella actitud no llegaría a ninguna parte.
El centro del ring…
Algo estaba mal. El instinto se lo dijo. Algo dentro de su cabecita pensaba: «el centro fue abierto en un enorme boquete por mi Doton, y luego rellenado por agua por mi Suiton». Y si Daigo caía inconsciente sobre él…
«Oh, mierda».
Pidió a su cuerpo un último esfuerzo mientras formaba el sello del Carnero a una mano y se aparecía sobre el improvisado lago. Se agachó y, con una mano, tomó de la capucha al kusareño, impidiendo que se hundiese, y lo arrastró hasta terreno firme. Allí le dejó, donde imaginó que rápidamente los enfermeros acudirían para atender sus heridas.
Pese a que había vencido, no se sentía victorioso. No sentía la euforia. Ni siquiera alegría. Quizá fue porque comprendió que, después de todo, la estaba pagando con un kusareño que no tenía culpa de nada. Así como los uzujines no habían tenido culpa de que un hijoputa llamado Zoku se hubiese hecho con el sombrero por unos días. Quizá porque comprendió que se había dejado llevar de nuevo por las emociones, y que a punto había estado de cagarla. De nuevo. O quizá, simplemente, porque había luchado con un estilo que no era el suyo. Porque se había dejado influenciar demasiado por Shukaku.
Seguramente era una mezcla de todas ellas.
No saludó a los Kages. No miró desafiante a Kintsugi. Ni se atrevió a mirar a Hanabi. Menos a Raito-sensei. Simplemente se fue, sin oír los vítores, ni los gritos. Sin devolver los aplausos. Simplemente, pensando…
Pensando que con aquella actitud no llegaría a ninguna parte.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado